Alberto Fernández inauguró este sábado a la mañana el segundo encuentro internacional del Grupo de Puebla, que se realiza este fin de semana en el Hotel Emperador en Buenos Aires. Bajo el lema “El cambio es el progresismo”, unos 30 líderes latinoamericanos planean emitir un documento final el domingo al mediodía.
Luego de ver un video grabado por Lula Da Silva, dedicado especialmente a los representantes del Grupo Puebla, el Presidente electo Alberto Fernández comenzó diciendo: “Feliz de verlo a Lula libre otra vez, nunca debemos dudar de estar al lado del que está padeciendo injustamente y nunca debemos especular con eso”.
“Cuando fui a verlo hubo quienes me preguntaron si era conveniente, siempre es necesario estar al lado de los que están padeciendo”, señaló Fernández. Y contó una charla que tuvo con Lula cuando todavía estaba preso: “Me dijo ‘voce tein que ganar en Argentina’, cumplí Lula, gané en Argentina y la vamos a poner de pie, también a América Latina con todos ustedes”.
Luego, en un tono más crítico habló de la coyuntura de América Latina: “Padecimos la democracia que nos ofrecieron estos ‘republicanos’, vimos cómo las instituciones se demacraban en todos nuestros países, lo que Lula dice sobre la justicia brasileña no es muy distinto a lo que digo yo de la argentina, y acá se rasgan las vestiduras pero sólo dije la verdad“.
En esa misma línea, dijo: “No es muy distinto a lo que ocurre en Ecuador, allí detienen gobernadores, opositores, los acusan del delito de rebelión sin que ninguno haya tenido un arma en sus manos. Allí hay un vicepresidente preso hace más de dos años y nadie levanta la voz y debemos hacerlo porque allí también hay situaciones de injusticia que no debemos tolerar”.
“Todos los que estamos aquí somos hijos de la democracia, hemos padecido la dictadura y revalorizamos la democracia como ninguno, somos respetuosos de los derechos del otro, respetuosos del pensamiento ajeno, respetamos a los otros como muchas veces no nos respetan a nosotros”, siguió Fernández.
“No debemos dejar de ser lo que en esencia somos: demócratas y respetuosos del pensamiento del otro, y así vamos a construir una sociedad igualitaria que hoy no tenemos”.
En seguida, el Presidente electo hizo referencia a la conversación que mantuvo este sábado a la mañana con el presidente francés Emmanuel Macron. “Me demoré en llegar porque tuve una charla espléndida con el presidente Macron. Hablamos de Lula, de Chile, de Bolivia, de Argentina, de Venezuela, de los problemas del continente”.
“Siento que en todo este tiempo ganaron otras voces y no pudimos explicar lo que verdaderamente le pasa a nuestro continente, y cuando hablé con Macron sentí que entendía lo que pasaba en la región”.
“Le conté a Macron lo que pasa el Chile, y le dije que el milagro es que no hayan reaccionado antes. En Chile el 1% de la población se apropia del 30% del ingreso ¿Quién puede vivir con semejante inequidad? Quisiera que el pueblo de Chile recupere su paz”, dijo Fernández.
“Quisiera que Piñera haga un esfuerzo mayor, porque el pueblo de Chile lo está reclamando. Estoy dispuesto a ayudar en todo lo que haga falta para que Chile recupere la paz y se encause en un modelo más igualitario”.
“Con Lula libre también soplan otros vientos y confío en esos vientos”, agregó.
“Tenemos que trabajar mucho para que la unidad entre Argentina y Brasil nunca se rompa y para que la democracia impere en nuestro continente, garantizar todas las libertades”.
“Debemos respetar a cada pueblo, incitando a que encuentro los caminos de su libertad, no entrometiéndonos, ayudando”, siguió Fernández.
“Nadie que se diga progresista puede vivir en paz con su conciencia con semejante desigualdad en nuestro continente”.
“Lo único que debemos hacer los argentinos de bien es recordar una frase de Alfonsín que dijo que nunca debíamos dejar de lado la ética de la solidaridad, y a aquel que se ha caído al pozo de la pobreza hay que extenderle la mano para sacarlo de allí, y esa es la tarea en todos los lugares donde por imperio de estas políticas la desigualdad se profundizó”, dijo en clara referencia al Gobierno de Mauricio Macri.
“El grupo de Puebla será la voz que se levante ante el mundo para contar lo que pasa en América Latina, y no solo eso, va a ser el grupo de donde salgan los dirigentes que van a volver a poner de pie a la América Latina en la que soñó Artigas, O’Higgins, San Martín, Sucre, Bolivar, los grandes próceres de nuestra independencia”.
“Los grandes hombres no solo nacieron en el siglo XIX, también nacen en el siglo XXI, vamos a hacerlo, no tengan dudas”, cerró Fernández su discurso, de alrededor de doce minutos.
En las siete sesiones de trabajo participará el excandidato presidencial chileno Marco Enríquez-Ominami, hombre muy cercano a Alberto Fernández, que fue uno de los principales impulsores del Grupo de Puebla.
También participan los expresidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Paraguay, Fernando Lugo; de Colombia, Ernesto Samper; y de República Dominicana, Leonel Fernández. Están también el vicecanciller de México, Maximiliano Reyes; y el ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, entre otros dirigentes de doce países latinoamericanos.
Qué es el Grupo de Puebla
El Grupo de Puebla surgió por “la búsqueda de integrar canales de comunicación y trabajo entre dirigentes de toda América Latina con una mirada progresista”, dijo Alberto Fernández el lunes pasado, en su visita a México. Y agregó: “Estamos promoviendo políticas que presten atención a los que han quedado desamparados por las políticas del presente. Está visto lo que pasa cuando uno se olvida de esos sectores. Nadie quiere que América Latina tenga experiencias como las que hoy vive Chile”.
Al Grupo de Puebla lo crearon dirigentes “progresistas”, para intentar contrapesar al Grupo de Lima, integrado por los gobiernos de 12 países, entre los cuales está la Argentina, que surgió en agosto de 2017 para buscar una salida a la crisis política en Venezuela, por fuera de la que propone el presidente Nicolás Maduro.
La primera reunión del Grupo de Puebla fue en esa ciudad mexicana, en julio pasado, donde emitieron una Declaración, que se puso como objetivo “analizar los desafíos comunes” y “trazar iniciativas conjuntas, en pos del desarrollo integral de nuestros pueblos”.
Esa Declaración rechazó la “nueva ola de gobiernos neoliberales”. Y condenó “la hegemonía comunicacional ejercida por parte de las derechas”, que demoniza a “las organizaciones sociales y las políticas de transformación progresista, amplificando sus errores y abiertamente desinformando en cuanto a sus logros y avances”.
La primera Declaración del Grupo de Puebla fue impulsada, entre otros, por Marco Enríquez-Ominami. Y la firmaron 26 dirigentes latinoamericanos, entre los cuales estuvieron los argentinos Felipe Solá, Jorge Taiana, Julián Domínguez y Carlos Tomada, que van a volver a participar en la nueva reunión del Grupo de Puebla, que se inició este viernes por la noche con una cena de bienvenida en Buenos Aires.