Ninguno tiene precisiones del hecho, más que los rumores que comenzaron a circular desde el domingo pasado y que se propagaron rápidamente. De todos modos, no descartan su veracidad, asegurando que “sobran” las personas que se aprovechan de la desesperación y buena fe de la gente. Son los vecinos de los barrios Santo Domingo y Los Tamarindos que se enteraron de la presencia de un falso cura que hace visitas a domicilio y que ofrece bendiciones a cambio de dinero. El caso salió a la luz, según los trascendidos de la gente, durante la celebración de la misa que ofició Pablo Figueroa, sacerdote de la Parroquia Santo Domingo de Guzmán, quien aprovechó la ocasión para contarles a los fieles presentes que había un estafador recorriendo los barrios cercanos a la parroquia, haciéndose pasar por cura. Se charló con los vecinos de esta zona, y si bien sólo una mujer confirmó que estuvo en esa misa donde el padre Figueroa habló del caso, el resto se mostró preocupado por esta situación.
“Pasan tantas cosas malas que ya se puede esperar cualquier cosa. Pero es terrible que se estafe a la gente aprovechándose de su desesperación y buena fe”, dijo Cristina Tello, vecina del Barrio Los Tamarindos. La mujer agregó que se enteró del falso cura por los rumores, ya que no asistió a la misa donde el padre Pablo Figueroa habló del caso.
Marisa es otra vecina del lugar que prefirió no revelar su apellido. Dijo que ella sí estuvo en esa misa y escuchó al párroco cuando alertó a los presentes sobre este hombre que visita las casas de los barrios cercanos a la parroquia haciéndose pasar por un sacerdote que se llama José Ariza, mismo apellido del párroco de Andacollo de Villa Krause, y que ofrece bendecir los hogares a cambio de dinero.
Este diario intentó comunicarse con Figueroa para conocer cómo se enteró de este caso, pero no respondió los reiterados llamados. Desde el Arzobispado dijeron que el sacerdote se encontraba en Barreal donde la señal telefónica “no es muy buena”.
Verdad o no, la presencia del falso cura revolucionó a los vecinos y se convirtió en el principal tema de conversación en los locales comerciales de la zona. “Yo me enteré de todo esto por los clientes. Todos hablan del tema, aunque ninguno sabe a ciencia cierta si es verdad o no. El hecho es que hay un poco de preocupación porque ya no se puede confiar en nada ni en nadie. Seguramente hay vecinos que le abrieron la puerta a este cura trucho y que le pagaran para que les bendiga la casa, pero que por la vergüenza de haber sido estafados no lo van a admitir”, dijo Juan Godoy, de una de las carnicerías del Barrio Los Tamarindos.