Una hermana dijo a la Policía que la última vez que vio a Yolanda fue hace dos semanas, cuando la cruzó mientras hacía compras en el centro. Otro hermano contó que el martes de la semana anterior pasó por la casa de la jubilada, pero no la encontró. Ahora bien, le resultó extraño que en los días siguientes no tuviese noticias de ella ni respondiera a sus llamados. Por eso mismo regresó a la vivienda de Trinidad y, al ver que no atendía, entró por la fuerza. En ese momento sintió un olor insoportable. Como no escuchaba a nadie, caminó por toda la casa hasta que ingresó al baño. La mujer mayor estaba muerta dentro de la bañera , con su cuerpo en el agua y en completo estado de descomposición.
La horrorosa historia se dio el sábado pasado –recién trascendió este martes- en un domicilio de la calle Simón Bolívar de Villa Echegaray, en Trinidad, Capital. La mujer que hallaron sin vida era Yolanda Ramírez, de 80 años, quien vivía sola en esa vivienda. Los policías que trabajaron en el lugar revelaron que el ambiente era irrespirable y el cadáver estaba casi desmembrado por el tiempo que permaneció dentro del agua estancada de la tina.
Los vecinos comentaron que Yolanda Ramírez era una jubilada docente soltera y en apariencia gozaba de buena salud. Caminaba sin dificultad y se la veía salir. Sus hermanos la iban a visitar de vez en cuando. No atravesaba problemas económicos, hacía días había comprado un aire acondicionado que todavía no instalaba, explicaron.
Una hermana suya explicó a los policías que la última vez que vio a Yolanda fue hace dos semanas cuando la encontró por casualidad en el centro. Carlos Ramírez, por su parte, aseguró a los investigadores fue a la casa de calle Simón Bolívar el martes de la semana pasada y tocó la puerta, pero no obtuvo respuesta de su hermana mayor, por lo que se retiró creyendo que había salido. Sin embargo, empezó a preocuparse en los días siguientes al notar que Yolanda no se contactaba con él y no atendía sus llamados, señaló un funcionario policial.
El sábado último a media mañana regresó a la casa de su hermana y otra vez nadie contestó. Entonces abrió la puerta que da al fondo con una llave que tenía y entró a la propiedad. La puerta trasera de la casa permanecía cerrada y no le quedó otra que patearla para ingresar, dijo un uniformado. El olor fétido era fuerte. Y empezó a llamar a los gritos a su hermana, mientras caminaba por las dependencias de la vivienda buscándola. Como no la veía por ninguna parte, al último lugar que entró fue al baño. Ahí la halló, con parte del cuerpo sumergido en el agua y prácticamente irreconocible por el estado de descomposición.
En la Policía explicaron que, aparentemente, se trataba de una muerte natural. No detectaron rastros de desorden o faltantes de artefactos, como para suponer un hecho doloso o un robo. La autopsia fue reveladora: no fue un asesinato ni una muerte por enfermedad. Fuentes judiciales señalaron que los forenses determinaron que su deceso se produjo por asfixia por sumersión, es decir que se ahogó con el agua de la misma bañera. También establecieron que sufrió una falla cardíaca y eso supuestamente la descompensó en el momento en que se bañaba en la tina, explicó un funcionario.
Fuente: Tiempo de San Juan