Fueron los gritos desesperados los que sacaron de golpe a varios vecinos de la esquina de Recabarren y las vías del ferrocarril en La Cañada, Albardón, a eso de las 9,30 de ayer. Uno de los hermanos Rivero que vive en las inmediaciones de ese cruce, fue el primero en toparse con un cuadro sangriento: los gritos eran de un nene de 13 años, que yacía al otro lado de las vías con el pie izquierdo molido y sin la mitad del otro pie. «Parece que no estaba en sus cinco sentidos porque decía que le dolía la espalda y se veía y se tocaba los pies, pero decía que estaba acalambrado, no se daba cuenta. Lo raro fue que casi no le salió sangre. Tuvo suerte, pudo haber muerto», dijo Luis Rivero.
Ayer, el juez federal Leopoldo Rago Gallo, había ordenado demorar a los dos maquinistas que guiaban rumbo a Sarmiento ese convoy de la firma «Trenes Argentinos». Sin embargo por la tarde, fueron liberados. Ambos habrían dicho que, como siempre, pasaron a escasa velocidad por esa zona y tocaron bocina antes de llegar al cruce.