En las últimas horas, la Cámara de Casación Penal le otorgó la prisión domiciliara al represor Jorge Olivera, a horas de conmemorarse el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, causando verdadera indignación. Según se supo, el fallo se basa en que ya cumplió los 70 años, edad mínima para poder recibir el beneficio, sumado a algunos problemas de salud como la hipertensión.
Esta no es la primera vez que Olivera hace este pedido, aunque anteriormente solo recibió negativas. A principios de año, a través de su defensor, el exjefe de Inteligencia durante la última dictadura, la había solicitado por “los catastróficos efectos del virus Covid-19” que había padecido al contagiarse en la Unidad Penal 34 de Campo de Mayo.
En ese momento, los jueces Daniel Doffo, Eliana Rattá y Carlos Lascano, del Tribunal Oral Federal local, se lo denegaron porque, según un informe del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia, su salud no registraba secuelas de la enfermedad, por lo que, tal planteo, carecía de “fundamentación que lo respalde”.
Ya en 2019 solicitó quedar alojado en la casa de su esposa Marta Ravasi, quien fue señalada por haber colaborado en su escape del 25 de julio de 2013. De hecho, Olivera fue recapturado en la casa de su esposa, el 30 de enero de 2017, mientras se ocultaba en el baúl de un auto.
Como agravante, el militar retirado se fugó en dos ocasiones, la última de ellas, a días de recibir su primera condena por delitos de lesa humanidad cometidos en San Juan. En su cuenta también carga con otro castigo a prisión perpetua.