Se trata del jachallero Domingo Pereyra, que relató cómo fueron los primeros momentos del triple choque que causó tres muertes.
Pereyra regresaba al departamento Jáchal junto a su familia luego de haber realizado algunos trámites en la Ciudad de la Capital sanjuanina. En el camino, por la Ruta 40, a la altura de Matagusanos, se topó con una escena del triple choque. En ese momento, dos personas habían fallecido (luego en el hospital fallecería una tercera víctima) y varios heridos de distinta gravedad.
Contó lo que vivió. “Yo volvió con mis papá y mi mamá de la Ciudad y me encontré con el siniestro en el camino. Había gente de la Policía que estaba llegando y tratando de poner en orden la situación, ahí me presenté diciendo que era personal de salud y empezamos a dar los primeros auxilios”, dijo Pereyra, de 44 años de edad, de los cuales 21 se encuentra abocado auxiliar en emergencias.
Contó que llegó al lugar una doctora del Hospital de Calingasta y también un chofer de ambulancia del Hospital de Jáchal, compañeros ellos. “Hicimos el triage a las personas heridas y nos encontramos con dos fallecidos en uno de los vehículos y una persona atrapada”, relató.
Pereyra explicó que por la zona donde se produjo el siniestro, las comunicaciones telefónicas son complicadas ya que no hay señal de celular, por lo que la ayuda demoró en llegar. De igual manera, destacó el trabajo que se realizó conjuntamente entre el personal de salud, Policía, Gendarmería, Bomberos y civiles que asistieron en lo que pudieron.
“Recolectábamos información y mandábamos a alguien hasta que encontrara señal y activar el sistema de emergencia”, dijo.
Cuando apenas se paró frente a la escena del choque, quienes estaban en el lugar le señalaron a Pereyra que había una nena en un vehículo. “Me dijeron que estaba ahí y fue la primera que fuimos a asistir en el vehículo”, relató.
“Nos alumbramos con celulares y algunos sacaron linternas que tenía en el los vehículos. Fue un trabajo inhóspito por las condiciones y el frío que hacía”, recordó Pereyra, al tiempo que remarcó la asistencia de los civiles que decidieron ayudar. “Les pedimos que nos avisaran si notaban algo, que les hablara y que les dieran calma”, agregó.
Al ser vecino de Jáchal, Pereyra reconoció a una de las personas que eran del departamento y si bien el profesionalismo estuvo siempre presente, el sentimiento de atender a personas de su propia tierra (como definió) lo movilizó. “La situación se tornó un poco más fea porque empezamos a reconocer gente ahí que era de nuestra localidad, de nuestro lugar”, dijo.
Uno por más que se entrene y concientice en este laburo que hacemos todos los días, llega un momento en que somos humanos y dejamos nuestra penas allí y nos caemos un poco”, comentó el enfermero.
Para cerrar, Pereyra pidió tomar conciencia de lo que son las rutas y las acciones de los conductores. “Me queda una sensación de precaución, de que se debe manejar con cuidado, ya que es una ruta muy transitada. Un mínimo descuido como el de ayer, puede desencadenar lo que finalmente pasó.