El año 2020 sorprendió al mundo con un nuevo comienzo. La pandemia causada por el COVID-19 se expandió por todos los continentes y se convirtió en un desafío para la comunidad científica, los sistemas de salud, los servicios sociales, los gobiernos nacionales y los medios de comunicación social.
Si bien la llegada de las vacunas significó esperanza y felicidad para gran parte de la población mundial, aún queda un largo camino por recorrer y es fundamental tomar las precauciones necesarias para evitar su propagación.
Entre las consecuencias de contraer COVID-19, es fundamental resaltar que esta enfermedad afecta considerablemente los pulmones. Las personas cuya salud pulmonar está afectada por factores como una enfermedad de los pulmones o el hábito de fumar, suelen tener mayor riesgo de sufrir complicaciones más severas a consecuencia de esta enfermedad.
La mala salud pulmonar puede ser una de las causas de muertes relacionadas con el COVID-19. Aunque el hábito de fumar no sea el único factor que influye sobre la salud pulmonar, su efecto es considerable.
Los investigadores creen que fumar hace a la gente más susceptible tanto a la infección que causa la COVID-19 como a sus complicaciones, porque el hábito de fumar daña las defensas naturales del cuerpo contra algunas bacterias y virus.
Expertos advierten que la infección por COVID-19 es más grave en los pacientes fumadores por lo que hacen un llamamiento para dejar el hábito tabáquico cuanto antes y no solo por el coronavirus.
Finalmente, la Dra. Helia Pereyra, referente del Programa Provincial de Control de Tabaco, sostuvo que: “El riesgo de contraer COVID-19 siendo fumador aumenta ya que al fumar se realizan varias acciones que incrementan el riesgo, como sacarse el barbijo. Por lo general cuando se fuma en un ambiente social no se respeta el distanciamiento. Además, compartir el cigarrillo, las pipas de agua, el cigarrillo electrónico es igual de perjudicial ya que al fumar de la misma boquilla, la saliva queda en el elemento, por más que se desinfecte con alcohol, lo mismo pasa con la bombilla del mate, es un medio de transmisión”.
“El daño pulmonar que tiene la persona que fuma es un factor perjudicial y que predispone a la persona a que, si contrae COVID-19, su cuadro se agrave”.
“El fumador pasivo tiene el mismo riesgo de presentar complicaciones de la enfermedad por COVID-19 debido a que está inhalando el humo de segunda y tercera mano y eso daña el sistema respiratorio como si fuese un fumador. El entorno que convive con un fumador tiende a tener defensas bajas puesto que están en constante relación con el humo del fumador, en especial los niños. Por eso es fundamental extremar los cuidados y en lo posible, disminuir el consumo del cigarrillo”.