El juez, VAR en el polémico partido entre Gimnasia de La Plata y Sarmiento, fue despedido por la AFA. El trasfondo de la medida.
Diego Abal, quien actuó como encargado del VAR en el polémico partido entre Gimnasia de La Plata y Sarmiento, fue despedido este jueves por la mañana del arbitraje argentino. La decisión la conoció a través de una carta documento que se le envió a su domicilio, donde le notificaron que ya no formaba parte del cuerpo arbitral de la AFA.
Según trascendió, el motivo que figura en el mensaje que recibió Abal da como motivo estar excedido en la edad que la FIFA pone como límite para continuar como árbitro (48 años), aunque varios lo han sobrepasado sin que los despidieran por eso. Como las medidas de la dirección de Arbitraje no suelen manejarse con transparencia (a los árbitros los “paran” sin que oficialmente se comunique sanción alguna), todos ahora entienden que nada tiene que ver la edad de Abal (51), quien de hecho ya no dirigía más en campo y solo lo hacía desde el VAR.
El fallo que privó a Gimnasia de un gol decisivo sobre el final del partido contra Sarmiento el domingo último se convirtió en un escándalo de proporciones, cuya repercusión empeora por estar presentes en la Argentina, por el Mundial Sub 20, autoridades de la FIFA y del arbitraje internacional.
El despido se dio en el marco de la suspensión de varios árbitros para esta fecha, entre los que figuraban el propio Abal, Ariel Penel, árbitro principal; Gerardo Carretero, quien estuvo en la cabina VOR como AVAR; Gabriel Favale, que ejercía un control general como Quality Manager; los asistentes de campo Ariel Scime y Daiana Milone; y el cuarto árbitro, Ramiro López.
Al Lobo le anularon un gol por un offside de un jugador que recibió la pelota directamente de un corner, un fallo insólito dado que no es sancionable según el reglamento. Originalmente, las sanciones no diferenciaban entre las responsabilidades de Abal (que fue quien indujo al error desde el VAR) y el resto del equipo arbitral. Se dijo incluso que el asistente que estaba al lado de la incidencia, Ariel Scime, intentó intervenir para señalar que no había ninguna infracción, y le exigieron que no interfiriera.
Según el protocolo VAR, los diálogos son solo entre el encargado principal de la asistencia de video (Abal) y el árbitro central del partido (Penel), que es quien tiene la última decisión y, en este caso, optó por hacer lo que le indicaba Abal, también amparándose en el protocolo: cuando le señalan un offside que es fáctico y no interpretativo, solo recoge la indicación y la sigue. Pero en este caso, debió haber notado que lo que le estaban marcando era una aberración reglamentaria, y nada impedía recibir la ayuda de sus otros asistentes, como también se ha visto en algunas ocasiones.
En la trastienda del despido hay una reunión que Federico Beligoy, director nacional de Arbitraje, convocó este miércoles con los árbitros, en la que el clima habría sido muy pesado. En ese encuentro, Beligoy habría sido enfrentado por Abal quien, al conocer su suspensión, le habría reclamado que no tomó la misma medida con otros que cometieron errores, como Leandro Rey Hilfer cuando fue VAR de Andrés Merlos en Boca-Racing y ambos ignoraron jugadas de expulsión de Barco y Villa. Pero el despido habría sido decidido directamente por el Comité Ejecutivo de la AFA, sin dar intervención a Beligoy, cuya relación con Tapia se erosiona más y más a medida que se suceden los escándalos arbitrales.
Sucede que Beligoy es también el jefe gremial de la Asociación Argentina de Árbitros, en una doble función incompatible, dado que si Abal quiere protección gremial contra su despido, tendría que ir a pedírsela ¡al propio Beligoy!
Los trascendidos señalan que Beligoy desconfía de los árbitros que no son de su sindicato (AAA) sino “independientes”, ex Sadra, porque supone que lo están desestabilizando para que Claudio Tapia lo remueva de la dirección y, eventualmente, lo reemplace por Sergio Pezzotta. Entre los árbitros, contrariamente, lo que estaría sucediendo es que Beligoy ha ido perdiendo ascendiente y autoridad, que están disconformes y no se sienten respaldados.
El despido de Abal no fue la única consecuencia tras la fecha pasada. Fernando Espinoza, quien le dio un empujón a un jugador de Central Córdoba reincidiendo en actitudes patoteras y desafiantes, y además luego interfirió en una nota periodística que le hacían al futbolista, había sido designado por Beligoy, justamente en el partido de Gimnasia, el perjudicado por el peor error del campeonato, en Santa Fe vs. Unión. Allí habría intervenido el mismo Tapia ordenándole que lo sacara, y fue reemplazado por Facundo Tello. Al saber esto, Espinoza puso un sugestivo mensaje en su estado de WhatsApp (“La vida es un restaurante. Nadie se va sin pagar”). Beligoy le ha tenido mucha paciencia con anteriores actitudes a Espinoza, pero ahora se comenta que a fin de año lo bajarán de la categoría de internacional.
Y también fue despedido José Jozami, ex periodista de TyC Sports que era miembro del Tribunal de Disciplina, por haber opinado públicamente que el partido de Gimnasia y Sarmiento debía volver a jugarse, algo que el presidente de ese ente, Fernando Mitjans, rechazó de plano.