Un horror oculto durante más de 20 años. Miles de fotos y videos, producciones abyectas que luego eran distribuidas. Al menos 1200 víctimas, menores de entre cuatro meses y 14 años. Hasta que un error inesperado puso en manos de un juez y de detectives policiales numerosas pruebas que podrían servir para llevar tras las rejas a una importante red dedicada a la pornografía infantil que, se sospecha, opera en la Argentina desde 2003.
En marzo pasado, un vecino del barrio porteño de Flores, de 71 años, policía retirado, llevó su computadora personal a un service especializado para que le hicieran un backup del disco rígido. Lo que los técnicos descubrieron fue que ese cliente tenía almacenada una importante cantidad de material pornográfico infantil.
Los técnicos en computación hicieron la denuncia en la Comisaría Vecinal 3-A de la Policía de la Ciudad. La investigación recayó en el juez en lo criminal y correccional porteño Darío Bonanno, que encargó las tareas investigativas a especialistas del Departamento Cibercrimen de la fuerza de seguridad porteña.
Después de casi seis meses de investigación, y con pruebas suficientes para sostener que ese hombre distribuía habitualmente fotos y videos de menores sin ropa o mientras protagonizaban escenas sexuales, el juez Bonanno ordenó su detención.
“Después de la denuncia de los técnicos en computación se trabajó en silencio para avanzar en la investigación, sin levantar sospechas para que el hombre que ahora está detenido no se diera cuenta de que los archivos almacenados en su computadora habían pasado a formar parte de un expediente judicial”, dijo una calificada fuente del caso.
El hombre detenido, cuya identidad no transcendió, se hacía pasar por productor de programas televisivos juveniles. “Por ejemplo, una década atrás engañó a mucha gente diciendo que trabajaba en la tira Patito Feo. Así conseguía hacer falsas pruebas de cámara para la ficción. Secuestramos fichas falsas del programa”, dijo un detective del caso.
El sospechoso fue apresado en su domicilio, situado en José Bonifacio al 3000, Flores. Será indagado en las próximas horas.
“Se encontraron filmaciones que se hicieron en el año 2003”, afirmó una fuente de la investigación.
No solo se hizo un operativo en la casa del sospechoso; también se allanaron otros seis domicilios desde donde se cree que se hacían videoconferencias en las que participaban niños y niñas en situaciones de abuso.
En la casa del policía de la Federal retirado se secuestraron dos computadoras de escritorio, una tablet, dos celulares, tres filmadoras, un conversor de video VHS a CD, un equipo de radiofrecuencia UHF, un maniquí de niño vestido con uniforme escolar, cartelería, revistas y publicidad de un programa de TV infantil, genitales de látex, cientos de papeles con anotaciones de puño y letra del imputado en donde tenía registrados estados de redes sociales, comentarios y likes de contactos menores de edad. También se le incautó una pistola Bersa .380 cargada con seis municiones y un revólver calibre .38 con la numeración limada.
Fuentes del caso resaltaron la tarea hecha por los detectives de las secciones Análisis de Investigaciones Especiales y Ciberdelitos contra la Infancia, Niñez y Adolescencia, dependientes del Departamento Cibercrimen de la Policía de la Ciudad.
Los otros allanamientos se hicieron en el barrio porteño de Versalles, en dos casas del partido bonaerense de Escobar, en una de González Catán, La Matanza, y en una vivienda de Carlos Casares, partido de Trenque Lauquen.
En esos operativos se secuestraron 43 discos rígidos, ocho notebooks, ocho computadoras de escritorio, seis pendrives, cinco memorias microSD, nueve tablets, 11 celulares, una filmadora VHS, 13 casettes miniDV y un modem.
Fuente: La Nación