Si bien nunca pudo alcanzar el estatus de diva, reservado en el plano local solo a Susana Giménez y a Mirtha Legrand, Silvia Süller fue durante una década la más mediática de las mediáticas en la farándula argentina.
Con una vida profesional y personal que alcanzó picos de éxito para luego hundirse en el fango farandulero, la estrella contó en Quién quiere ser millonario el difícil momento que está pasando: “Tengo que alquilar un departamento, pagar los dos años juntos porque nadie me da garantía. Además me tengo que hacer dos operaciones, hace bastante que se me rompieron las prótesis y tengo que cambiarlas, y me tengo que operar de la vista porque ya tengo una herida de láser en la córnea”.
En una montaña rusa que pasó entre la risa aguda y el llanto desconsolado, Silvia le contó a Santiago del Moro cómo fue el reencuentro con su hermana a raíz de la enfermedad y muerte de su madre: “Me amigué con mi hermanita Norma, ‘perdoname por los 27 años que te hice sufrir con cosas que no eran verdad’, le dije. Ahora estamos bien y estoy refeliz. Perdí a mis padres, pero recuperé a mi hermana. Mis viejos desde el cielo están haciendo fuerza por eso”.
La muerte de su madre marcó también el reencuentro con su hijo Christian (producto de su unión con Silvio Soldán) después de diez años: “Yo estaba llorando mirando cómo metían el cajón de mi mamá en el nicho y me doy vuelta y lo veo a él. Fue una mezcla de emociones, no sabía qué hacer. El abrazo fue espectacular, yo lo agarré del brazo y nos fuimos caminando mientras hablábamos”.
La mujer que tuvo horas de televisión tanto por su alegría y osadía como por sus escándalos, y que en 2016 vendió todo para irse a vivir a Miami, volvió a Buenos Aires para reinventarse y empezar de nuevo. “Viví como una reina, alquilaba mansiones, autos importados de a dos, viajaba en primera, me compraba joyas de oro y brillantes. Le daba mucho a mi familia. No me quedó nada, hoy estoy viviendo en un apart y me gustaría tener mi casa para poder tener mis cuadritos, mis cositas. Tener horno, yo estuve un año sin heladera, tomando agua de la canilla. Mis dos hijos me ayudaron mucho. Ahora quiero estar bien y volver a ser la de antes”.
Superada la pregunta del medio millón, Santiago del Moro hizo un impasse hasta el viernes por la noche, donde se podrá ver si la Süller rompe el récord y se convierte en millonaria.