Actualmente juega en Vélez, pero estuvo a punto de colgar los botines por las recurrentes lesiones que sufrió y los largos tiempos de recuperación que necesitaba para volver a la cancha. El último golpe para Fernando Gago fue, ni más ni menos, que en la final entre Boca y River en Madrid. Además de perderla, se rompió otra vez el tendón de Aquiles.
«En el vestuario les dije a mis compañeros que se había terminado el fútbol para mí. Y lo seguí pensando hasta marzo», confesó el mediocampista en diálogo con Fox Sports Radio. «Fue estar operado, pasar Navidad y Año Nuevo quieto, perderme las vacaciones con mis hijos y otra vez pasar por el proceso de recuperación», contó y reflexionó: «En ese momento no tenía ganas».
«No tenía ganas de volver a jugar ni de recuperarme. Quería que se curar solo cuando tuviera que curarse. Me agarró Jorge Batista y me dijo que lo haga para poder caminar bien y, de la mano de Roberto Luzzi, arranqué», recordó: «Empezó a motivarme el hacer algo, el ya no estar todo el día en casa, aburrido y pensando qué hacer. Empecé a tocar un poquito la pelota, me entusiasmé un poco más, patear, hacer jueguitos».