Las tareas de remodelación del antiguo templo de Jáchal deparan descubrimientos para el asombro. Además de la hermosa y de gran valor patrimonial arquitectura que requiere de una logística única para conservarla lo mejor posible, en el lugar ubicado en pleno centro jachallero se vienen haciendo descubrimientos de cuerpos humanos, que requieren de cuidadosos operativos arqueológicos. Es que en esa zona antes de la iglesia había un cementerio, por lo que cada tanto afloran de la tierra restos humanos, que ya suman más de 40 y si bien se esperaba que aparezcan estos cadáveres, no se sabe cuántos pueden llegar a ser.
Las obras de remodelación del templo de Jáchal se iniciaron a fines del año 2018.
Días atrás el grupo de especialistas del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo Profesor Mariano Gambier que depende de la UNSJ fue convocado por la aparición de alrededor de cinco nuevos cuerpos en la obra de remodelación del centenario templo jachallero. Es que cuando en medio del trabajo de las topadoras aparecen restos humanos se sigue un protocolo que indica que los obreros deben comunicar a la Dirección de Patrimonio Cultural del Municipio y desde ahí se comunican con el Instituto para que el equipo especializado haga el rescate de los cadáveres.
Desde febrero de este año, que fue el primer operativo, hasta estos días se cumplieron 8 operativos de rescate de los cuerpos y ya son más de 40 cuerpos entre niños y adultos. De los estudios hasta ahora se ha determinado que todos son históricos, de ninguna manera prehistóricos o indígenas, según dijo a Tiempo de San Juan la directora del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo Profesor Mariano Gambier, Claudia Mallea.
Los cuerpos hablan
Los cuerpos se han ido encontrando a diferentes profundidades, y calculan que datan los más antiguos del siglo XIX. Depende de dónde se encontraron, el estado en que están. Porque son varios puntos los intervenidos. Por ejemplo, en la iglesia antigua se han hallado cuerpos completos, algunos con féretro y otros sin féretro. En cambio, en la zona explorada en estos días, en el exterior del templo están los restos óseos muy mezclados con la tierra, sedimentados, y como el lugar es mucho más húmedo que adentro, hay menos conservación. Además, las máquinas y el movimiento de la obra que se dio antes de que encontraran los restos, contribuyeron al deterioro.
Lo que encontraron este mes son restos de un adulto y de varios niños de corta edad, que serían entre tres y cuatro, ubicados en un claro entre el viejo templo y el actual. Una vez que se hallan los cuerpos, se busca descubrirlos sistemáticamente, con ayuda de herramientas propias de la arqueología, estudiarlos junto a sus condiciones de hallazgo para generar la mayor cantidad de información posible. Por ejemplo, la orientación de la sepultura, si se puede conocer el sexo de la persona, la edad, entre otros datos. Se los registra fotográficamente, se elaboran croquis y se trabaja cuidadosamente con los restos para sacarlos del lugar lo más intactos posibles. Con todos estos estudios se elabora un informe que el Instituto eleva a la Dirección de Patrimonio mencionada.
Destino final
Durante la remodelación del templo también aparecieron pinturas que supuestamente tienen ciento cincuenta años y serán recuperadas (Foto Roberto Ruiz).
No hay datos filiatorios sobre estas personas muertas y que quedaron enterradas bajo el templo de Jáchal. No se puede precisar en qué época vivieron más que el siglo, y se supone que el cementerio fue contemporáneo al primer templo. No se han encontrado rastros de vestimentas ni de ningún otro elemento que permita conocer más sobre esa gente, como si fueron religiosos o laicos, o su extracción social. Solamente hace unos 20 días encontraron restos de textil que corresponderían a un sacerdote, que se estima que hay más de uno enterrado en el área interior del antiguo templo.
¿Qué pasa con los restos? Una vez finalizada la tarea arqueológica, se entregan en custodia a la Iglesia, que le dará un destino final. No van a ningún museo ni al Instituto, remarcó Mallea.
En todo este tiempo se van a rescatar sólo los restos que aparezcan mientras duren las obras, que no se sabe cuántos pueden llegar a ser, consignó Mallea. Es decir, no se van a encarar expediciones específicas para hallarlos, por lo que muchos quedarán quizá para siempre ocultos bajo ese pedazo de tierra jachallera.