Alejandro Elizondo y Rosa Ontiveros son los últimos en marcharse de las instalaciones contiguas a la parroquia del pueblo, para comenzar una pausa tras cumplir con otro día de actividad del comedor de Cáritas y ambos reconocieron tener la misma sensación generalizada de la comunidad de sorpresa, por la renuncia como sacerdote que anunció dos días antes el cura párroco, Nelson Cuello, quien el mismo domingo por la noche dejó la localidad, luego de argumentar “razones particulares” y que en círculos de confianza reconoció que el motivo es que se enamoró de una mujer.
Aunque la rutina en la villa cabecera de Valle Fértil continúe como todos los días y Graciela Calderón atienda su negocio de venta de ropa que se encuentra a la vuelta del templo, en la misma cuadra de la la estación de ómnibus, la presidenta de la Liga de Madres, agrupación involucrada principalmente en actividades de evangelización, aseguró que la decisión de Cuello “ha sido una sorpresa para nosotras porque es una excelente persona y un excelente sacerdote, que ha estado muy cerca de las instituciones. Ha sabido guiarnos en la doctrina, por eso fue una sorpresa enorme. Quienes estamos más cerca, valoramos su sinceridad por decir las cosas de frente y dar un paso al costado. Estamos muy agradecidas y reconocemos que está en su derecho”.