La cirugía era de alto riesgo, dado que Fabiana Ribot Núñez encaraba el nacimiento de un nuevo hijo a través de una cuarta cesárea. A pesar de que se encontraba en término para dicha práctica, dos médicos del Hospital Rawson dispusieron que regresara a su hogar en Jáchal y que volviera para controles semanales. Sin embargo, la joven de 32 años fue sometida a la intervención en el centro de salud del departamento norteño y dio a luz, pero surgieron las complicaciones que fueron de tal gravedad que no sobrevivió pese a que fue trasladada al principal hospital de la provincia. Para la jueza Adriana Tettamanti, del Contencioso Administrativo, hubo conductas negligentes, de descuido y desatención por parte de tres médicos, a los que condenó a pagarle solidariamente a la familia de la víctima un resarcimiento económico de 781 mil pesos más intereses, al igual que el Estado, como garante del deber de seguridad, revelaron fuentes calificadas.
El fallo es uno de los pocos de mala praxis que se ha dictado en el ámbito de la salud pública en, al menos, los últimos ocho años, dijeron en Tribunales. La resolución es de hace unas semanas, pero trascendió en los últimos días y aún no está firme, dado que ya hubo apelaciones. En el caso de que la sentencia quedara ratificada, los profesionales Nelson Molina, José Luis Maina y Teobaldo Gimenéz deberán hacerle frente a la indemnización, pero como cuentan con seguros, serán las compañías las que desembolsarán los montos en partes equitativas y de acuerdo a la póliza de cobertura. Así, la provincia podría zafar de pagar alguna suma, indicaron las fuentes.
La causa tuvo su origen el 11 de noviembre de 2009, cuando Ribot Núñez fue derivada al Rawson por el médico que la atendía en Jáchal. Su historial clínico era complejo, dado que había tenido tres partos por cesárea y el cuarto iba a ser con la misma metodología. Según el informe de un perito, en el centro de salud del departamento norteño no se operan pacientes con más de una cesárea previa por el riesgo que implica y porque el lugar no contaba con terapia intensiva ni laboratorio de alta complejidad ante una emergencia.
Pero en el Hospital Rawson, los médicos Molina y Maina decidieron darle el alta médica a la madre al día siguiente de su ingreso, es decir, el 12 de noviembre, para que siguiera con controles semanales. Las fuentes señalaron que la jueza entendió que los profesionales no tuvieron un comportamiento “previsor, prudente y diligente”, dado que tenía 36 semanas de gestación, por lo que estaba a una semana de quedar apta para someterse una cesárea. Además, no tuvieron en cuenta que se trataba de un embarazo de alto riesgo y la lejanía del hogar de Ribot Núñez, lo que dificultaría un traslado de urgencia. ¿No aconsejaba la buena práctica médica que permaneciera internada en el Hospital Rawson para realizarle todos los controles de rutina?”, se preguntó Tettamanti en la resolución, a lo que se agrega que encima se le había detectado bradicaría fetal (disminución de la frecuencia cardíaca fetal) y había una alta probabilidad que tuviera placenta accreta (adhesión de la placenta a la paredes uterinas, que en un parto puede causar pérdida de sangre). De hecho, el marido de la joven insistió en que le hicieran la cesárea en el Rawson, pero su pedido no tuvo eco, dijeron las fuentes.
Así, el 27 de noviembre de 2009, Ribot Núñez entró al hospital San Roque y el médico Giménez le practicó una cirugía programada. Su hijo nació, pero la mujer tuvo que ser intervenida para extirparle el útero y sufrió la pérdida de sangre, por lo que le hicieron transfusiones de sangre. Sufrió tres paros cardíacos y fue trasladada al Rawson, aunque falleció. Por eso, Tettamanti le achacó culpa (falta, desatención, negligencia) a Giménez por hacer una cirugía riesgosa.
Indemnización
Daño material
En el cálculo se tiene en cuenta el llamado valor vida. La jueza determinó la suma de 45 mil pesos como daño material para la madre de la víctima y de 145 mil para cada una de sus tres hijos.
Daño moral
Tettamanti consideró el importe de 50 mil pesos como daño moral para la madre de Ribot Núñez y 75 mil pesos para cada una de las hijas de la víctima. También incluyó los gastos de sepelio.
Daño psicológico
La magistrada le hizo lugar al reclamo por el daño psicológico que sufrieron la madre y dos hijas de la víctima. La suma fue de 8.400 pesos para cada una, es decir, un total de 25.200 pesos.
Pedido
El demandante había reclamado un resarcimiento por un total de 1.431.000 pesos. La suma dictada por la jueza ascendió a 781 mil, pero con intereses desde 2009 hasta el efectivo pago.