Ahora cayó el segundo en la cadena de mando del depósito judicial de 9 de Julio. Al igual que los otros, creen que fueron cómplices de Gustavo Padilla.
Hasta anoche ya eran cinco los policías presos por el escándalo por el presunto uso indebido de vehículos secuestrados. Por orden del juez Juan Pablo Ortega, titular del Primer Juzgado Correccional, cerca del mediodía de ayer fue apresado el quinto implicado, el oficial principal Ulises Chirino, el segundo en la cadena de mando en el depósito judicial de 9 de Julio, es decir, el que le seguía al comisario Gustavo Adolfo Padilla (55), el primero que cayó y principal acusado en el escándalo policial, dijeron fuentes judiciales.
Para mandar a detener a Chirino para el magistrado fueron claves las pericias en los cinco celulares que le secuestraron a Padilla, pues los chats revelaron que tenía con su superior una comprometedora vinculación, indicaron fuentes ligadas al caso.
El escándalo salió a la luz el pasado jueves cuando Padilla fue apresado en su casa, pero la investigación se inició a principios de septiembre, con la denuncia de quien en ese momento era jefe de la seccional 3ra de Capital, que había descubierto su firma falsificada en un acta de entrega de un Chevrolet Corsa de una mujer que se lo habían secuestrado porque no había cancelado una multa. A Padilla se lo acusa de haberle comprado a esa mujer el auto a un precio bajo y después haber fingido un acta para autoentregárselo y disponer del vehículo.
Por otro lado, la hipótesis es que además utilizaba para provecho propio una Toyota Hilux (se la secuestraron) que había sido entregada al organismo por el juez Pablo Flores en calidad de depositario judicial (ver aparte).
Los restantes implicados son dos policías de apellidos Cárdenas y Flores. Este último fue indagado el pasado domingo y fue excarcelado. El otro es el suboficial Néstor Gómez, señalado como el “mano derecha” del comisario Padilla, detenido a última hora de anteayer. Sobre ellos cayeron las sospechas también gracias a las pericias en los teléfonos de su superior, según datos judiciales.
En los pasillos de Tribunales anoche no se descartaban más detenciones con el correr de los días.
La falta del juez Flores
El juez Pablo Flores reconoció a este diario que se equivocó al entregar al organismo la Toyota Hilux en calidad de depositario judicial. Es que es la Corte de Justicia la que tiene la potestad de autorizar esas entregas transitorias. Si su par Juan Pablo Ortega dispone que debe indagarlo, debe pedir su desafuero.