En los últimos días, se viralizó el video que podés ver acá abajo. Jugando irónicamente con el apodo que se le da a Macri, sugiere que la elección presidencial que se viene puede “darse vuelta” como se dan vuelta los gatos.
La pregunta es… ¿Cómo lo hacen?
Esta capacidad de los gatos se denomina “reflejo de enderezamiento” y es posible gracias a una combinación casual y maravillosa de algunas características anatómicas. El reflejo aparece a las tres o cuatro semanas de edad pero se perfecciona recién a las seis o siete semanas, y es posible gracias a su flexibilísima columna vertebral y a la ausencia de clavícula.
El primer paso es, por supuesto, darse cuenta de que están cayendo y diferenciar lo que es arriba de lo que es abajo. Para esto, se valen de las pistas que les proporciona la vista y el aparato vestibular, ubicado en el oído interno y fundamental para la ubicación.
Como se ve en el video, lo primero que hace el gato es doblarse al medio de manera tal que la parte de adelante de su cuerpo rota sobre un eje diferente que su parte trasera. Luego pliega las patas delanteras para reducir el momento de inercia de la parte delantera y rotar más rápido, mientras extiende las patas traseras para incrementar el momento de inercia de la parte trasera del cuerpo. Así, logra girar casi completamente la parte delantera de su cuerpo.
Finalmente, extiende las patas delanteras y pliega las traseras: la parte trasera de su cuerpo, así, rota mucho mientras que la delantera se mantiene más o menos estable. Gracias a ese complejo movimiento, logra caer parado al piso.
Así y todo, para desgracia de Macri y de los creadores del spot, diversos estudios muestran que esto no ocurre siempre: cuanto mayor sea la altura de la que cae, más difícil le resulta al gato aterrizar parado. De hecho, las veterinarias reciben habitualmente felinos con heridas provocadas por caídas.
Si querés ver la explicación completa, acá está en video:
¿Y qué pasa si atamos una tostada untada al lomo de un gato?
Bueno, este es un ejemplo de paradoja estúpida pero divertida. Si las tostadas siempre caen del lado del que están untadas pero al mismo tiempo los gatos siempre caen parados, si atáramos una tostada untada al lomo de un gato, ese conjunto raro de gato-con-tostada-en-el-lomo no podría nunca caer al piso, porque una de las dos máximas se incumpliría. Lo que ocurriría, en este caso, es que se quedaría dando vueltas sin tocar nunca el piso.
Por supuesto que lo que ocurrirá en la realidad es que el gato caerá parado igual, como se puede ver en varios videos de YouTube. Sí, hay gente que se tomó el trabajo de hacer el “experimento”, porque hay gente para todo.
Ya que estamos… ¿Por qué la tostada cae siempre del lado del que está untada? Bueno, en realidad no cae siempre de ese lado sino casi siempre, y no se debe a ningún reflejo de la tostada ni a su constitución anatómica sino a la situación en la que las tostadas suelen caerse. Por la altura habitual de la mesas, la tostada llega a hacer solo medio giro antes de tocar el piso, y por eso cae con el lado untado para abajo.
Si querés evitar que la tostada caiga boca abajo, podés hacer varias cosas: usar mesas el doble de altas, apoyar la tostada con el lado untado boca abajo (cosa que no parece demasiado inteligente) o cortar los panes más chicos, lo que puede darles tiempo para terminar la rotación antes de llegar al suelo.