Cuarenta y cuatro años después de su muerte, el dictador Francisco Franco fue exhumado del monumental mausoleo donde estaba enterrado cerca de Madrid, una operación que generó un debate político y reavivó viejas heridas sin sanar en España.
Adornado con una corona funeraria con lazos con la bandera de España, el ataúd salió poco antes de las 11, hora local, de la basílica excavada en la piedra en el Valle de los Caídos en hombros de ocho miembros de su familia.
Los familiares exclamaron “¡Viva España, viva Franco!” tras ponerlo en un auto fúnebre que lo llevó hasta un helicóptero militar encargado de trasladarlo al discreto cementerio de El Pardo-Mingorrubio, al norte de Madrid.
Allí, en una cripta familiar junto a su esposa, Carmen Polo, será reinhumado el general que dirigió España entre 1939 y 1975 tras su victoria en la Guerra Civil (1936-1939). Una misa será oficiada por el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, el teniente coronel que lideró un fallido golpe de Estado en 1981.
El gobierno socialista de Pedro Sánchez hizo de esta exhumación una de sus prioridades tras llegar al poder en junio de 2018, para que este mausoleo, único en su estilo en la Europa Occidental, deje de ser un lugar de exaltación del franquismo.
Sánchez prometió la exhumación para el verano de 2018, pero se retrasó más de un año por la batalla judicial lanzada por los siete nietos del dictador.
La oposición, tanto de derecha como de izquierda, acusa al líder del PSOE de utilizar este traslado para conseguir réditos electorales a poco más de dos semanas de los comicios del 10 de noviembre.
“Esto habría que hacerlo en período no preelectoral”, dijo el líder de la izquierda radical de Podemos, Pablo Iglesias. “Nosotros no vamos a gastar ni un minuto en hablar de lo que pasó en España hace cincuenta años”, declaró recientemente el líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, mientras que Santiago Abascal, líder de la extrema derecha de Vox, criticó la “profanación de una tumba”.
Los trabajos para sacar los restos embalsamados e reinhunmarlos en el discreto cementerio madrileño de El Pardo-Mingorrubio, donde está su esposa Carmen Polo, se iniciaron poco antes de las 11, hora local. 22 miembros de la familia del general, que dirigió España con mano de hierro entre 1939 y 1975 tras su victoria en la Guerra Civil (1936-1939), estuvieron en la basílica para asistir a la exhumación, vestidos de oscuro y con banderas de España.
Fuente: Crónica