No tienen memoria en Caucete, de un antecedente similar. A la enorme deuda dejada por la gestión de Julián Gil por distintos conceptos, se sumó su equipo de secretarios y asesores. El ex intendente abandonó el cargo sin cancelar los salarios de sus funcionarios, quedando el pasivo para la administración recién llegada de Romina Rosas.
Así lo reveló a este medio una alta fuente municipal, sin salir del asombro: el esfuerzo para llegar a fin de año incluirá también el pago de sueldos políticos de la administración anterior, que incluye los haberes de noviembre, los diez días trabajados en diciembre y el proporcional de aguinaldo. Según se informó, la jefa comunal resolvió hacer el depósito este lunes para que el martes, víspera de Navidad, todos tengan a disposición los fondos en cajero automático.
El abandono que hizo Gil de su propia tropa, contrastó con la actitud que tuvo para con su hija, Jimena, designada secretaria del bloque de concejales para el periodo 2019-2023. Además, el ex intendente también fue incorporado a la bancada como asesor, aunque formalmente será ad honorem.
La preferencia de Gil por su familia a la hora de distribuir cargos fue el signo de su administración, cuando apenas comenzaba en 2016. Designó a su esposa, Patricia Solar, como secretaria de Acción Social. A su hija Jimena, con apenas 19 años, como secretaria de Coordinación. A su hijo José como secretario de Deportes. Y a su hermano David, como jefe de Compras. Fue noticia nacional.
Luego cuando intentó la reelección el 2 de junio pasado, armó fórmula con su esposa como candidata a diputada departamental y su hija como suplente. Sin embargo, las urnas los dejaron afuera. Transitoriamente, porque encontraron cobijo en el Concejo Deliberante con prontitud.
Las fuentes evitaron revelar los montos adeudados a los ex funcionarios en cuestión, presumiblemente para bajarle el tono al escándalo y darle otro temperamento a la gestión que recién empieza, focalizada en la limpieza del casco céntrico y barrios aledaños, la recuperación del parque automotor y el ordenamiento administrativo.
Todo eso, con una caja de apenas 270.000 pesos en una única cuenta municipal en el Banco Nación. Por supuesto, el monto solamente sirvió para cumplir con algún proveedor y poco más. Por eso Rosas se encontró, recién asumida, con una situación crítica: muchas obligaciones de pago y prácticamente ningún recurso disponible para hacerle frente al stock de deuda estimado en unos 6 millones de pesos.
Contó con dos fuentes financieras a modo de auxilio. La primera y más importante fue en concepto de compensación, porque Caucete había quedado con un desfasaje de partidas frente al índice inflacionario. Por la Ley de Coparticipación Municipal había recibido menos y el gobierno provincial accedió a equilibrar las cuentas. Idéntico criterio se tomó con Capital.
La segunda fuente de recursos fue por la coparticipación ordinaria de la primera semana de administración. Es decir, el goteo cotidiano que implica la vigencia del régimen distributivo. Entonces, con esta disponibilidad de fondos, la intendenta pudo pagar el aguinaldo a los trabajadores, a contratados y a los beneficiarios del plan PIL, deuda de combustibles y del seguro acumulado durante meses, tanto para empleados como para las movilidades de la comuna.
Esto último fue prioritario en el esquema de cancelación de deudas porque el seguro impago no cubre la siniestralidad, quedando el municipio en situación totalmente irregular si alguna persona de su estructura sufre un imprevisto. También pagaron los alquileres de edificios adeudados hacía meses, hasta ponerlos al día.
Y otro dato anecdótico: la gestión entrante se encontró con los teléfonos cortados. También hubo que cancelar la deuda con la empresa prestadora del servicio. La lista era más larga aún, e incluyó los camiones contratados que esperaban el cobro.
Rosas apenas cumplió sus primeros doce días al frente del municipio. Priorizó la limpieza y el orden administrativo. El operativo comenzó en los barrios Los Olivos y Cura Brochero, más las tres villas: La Rosa, Sáenz Peña y Santa Isabel. Pasaron luego al Barrio Felipe Cobas, uno de los más grandes del departamento, y luego a los barrios Nikisanga, Municipal, Justo P. Castro I y II. El miércoles 18 comenzó el bacheo de Diagonal Sarmiento, la arteria troncal del centro caucetero.
Todo esto fue convenientemente difundido por el área prensa de la comuna. Lo que no trascendió hasta ahora fue el tema administrativo. Según reveló una fuente, había movilidades paradas que con una inversión de 35.000 pesos pudieron ponerse nuevamente en funcionamiento. Al igual que bombas de agua, inutilizadas y recuperadas con no más de 11.000 pesos. La gestión recién llegada interpretó en estas minucias un visible abandono, posiblemente agravado por la larga transición que comenzó el 2 de junio y se extendió hasta el 10 de diciembre.
Pero lo más llamativo, que tampoco fue expuesto hasta ahora, fue el estado de deterioro de los sanitarios del edificio municipal. Los trabajadores de planta permanente rechazaban utilizar esas instalaciones, que verdaderamente eran impenetrables, y se iban a sus domicilios particulares cuando tenían alguna necesidad. Muchos luego no regresaban a su lugar de desempeño por el resto de la mañana. El descontrol también tuvo que ser atendido con urgencia.
Rosas hizo historia el pasado 2 de junio cuando se convirtió en la primera mujer electa por los cauceteros como intendenta. Su nivel de respaldo fue contundente, al superar el 55 por ciento de los sufragios, contra el 38 por ciento de Gil, quien transitaba su primera gestión y buscaba repetir por otros cuatro años.
El trayecto de la ahora intendenta comenzó cuando cobró visibilidad como concejal opositora a partir del 10 de diciembre de 2015. Desde esa banca ganó notoriedad a punto tal de calificar para competir en una de las dos internas justicialistas más concurridas de la provincia. Fue una competencia de tres listas, al igual que lo ocurrido en Rivadavia.
En las primarias del 31 de marzo, Rosas derrotó con holgura a la entonces directora de la Residencia de Adultos Mayores Eva Perón, Sonia Recabarren, y al ex intendente Emilio Mendoza, relegado a un tercer y distante lugar. Ese domingo, la edil sola, sin contar la sumatoria con sus rivales internos, quedó muy por encima del nivel de respaldo que había obtenido Gil. Era el anticipo de lo que podía suceder en las elecciones generales del 2 de junio.
Sin embargo, el peronismo es tan diverso que, si no se garantiza la unidad, siempre hay riesgo de dispersión y derrota. Rosas tuvo no solamente el respaldo personal del gobernador Sergio Uñac sino que también logró conciliar con las otras líneas internas del PJ departamental. El resultado fue una aplastante victoria final.
Fuente: Canal 13 / Tiempo de San Juan