El papa Francisco se disculpó ayer por haber golpeado con enojo el brazo de una mujer cuando ella lo tomó de la mano y tiró de él hacia ella, diciendo que había perdido la paciencia y dado un “mal ejemplo”. Su inusual disculpa se produjo después de usar su primera homilía del Año Nuevo para denunciar, precisamente, la violencia contra las mujeres, algo que comparó con profanar a Dios.
El incidente se produjo el martes 31 por la noche en una caminata en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. La peregrina, que no fue identificada, inesperadamente agarró la mano del Papa, de 83 años, tirando bruscamente de él hacia ella. Francisco, claramente disgustado por el tirón y por casi haber perdido el equilibrio, se liberó dándole un manotazo en el brazo.
“Muchas veces perdemos la paciencia, incluso yo, y me disculpo por el mal ejemplo de ayer”, dijo luego el Papa a miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro ayer mismo, al final de la tradicional misa de Año Nuevo.
Fue durante esa misma celebración que el Pontífice emitió una condena directa al abuso de la mujer en la sociedad moderna. “Toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios”, dijo el Papa. “Cuántas veces el cuerpo de la mujer se sacrifica en los altares profanos de la publicidad, del lucro, de la pornografía, explotado como un terreno para utilizar”. El cuerpo de la mujer “debe ser liberado del consumismo, debe ser respetado y honrado”, advirtió.
El Papa viene tratando regularmente de defender los derechos de las mujeres durante su pontificado y en abril le dijo a la Iglesia Católica Romana que tenía que reconocer una historia de dominación masculina y abuso sexual de mujeres. “De cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”, dijo ayer y también tocó otro tema cercano a su corazón, la inmigración, diciendo que las mujeres que abandonaron sus países para mantener a sus hijos deben ser honradas, no despreciadas.
“Hoy, incluso la maternidad es humillada, porque el único crecimiento que nos interesa es el crecimiento económico”, declaró. “Hay madres que se arriesgan a viajes peligrosos para tratar desesperadamente de dar un mejor futuro al fruto del útero, siendo juzgadas por personas cuyos vientres están llenos de cosas, pero cuyos corazones están vacíos de amor”, alertó el Papa.
(Reuters)