A pesar de su cara de simpática y de que es particularmente linda (vendida a veces como mascota), la tortuga campanita o Phrynops hilarii, como la bautizaron los científicos, es el actual terror de Valle Fértil. Es que este animal no es de la zona, fue insertado por los seres humanos recientemente y en muy poco tiempo se ha reproducido sin control, arrasando con el hábitat y el alimento de la flora y la fauna autóctona. La situación es tan preocupante para los especialistas, que hay un equipo completo cde investigadores de Medio Ambienta, la UNSJ y la Universidad de Mendoza intentando medir qué tan grave es la situación.
Los primeros encuentros con tortugas campanitas se dieron a finales de 2018, principio de 2019. Las autoridades recibieron el aviso de que habían visto algunas tortugas en el Dique de Valle Fértil y ya en ese momento se encendieron las alarmas. Un año después el miedo de los investigadores se hizo realidad: el lago del departamento está repleto de estos animales y ya se han extendido al río en zonas aledañas, por lo tanto están expandiendo su hábitat, ganando más terreno a gran velocidad.
Estos animales no tienen un depredador natural en la zona en la que han aparecido y se adaptan muy bien al ambiente cálido, las aguas dulces y llenas de flora como las del dique vallisto. Son omnivoras, por lo tanto comen desde plantas y algas a renacuajos y peces o pájaros pequeños, quitándole el alimento al resto de los animales de la zona.
Una especie exótica es aquella que no es nativa de un espacio pero fue introducida, de forma accidental o voluntaria.
En el dique, donde empezó la “colonización”, está la mayor parte de la población que ya estaría causando estragos en la fauna acuática. Los pescadores aseguran que cada vez que tiran la caña lo único que logran sacar son tortugas campanita y, además, hay registro de turistas que se encontraron con más crías bajando desde los cerros que rodean el lago. Si bien todavía deben hacer estudios para comprobar la situación de la fauna local, es llamativo que sólo puedan sacar tortugas, cuando recientemente se realizó una segunda siembra de pejerrey.
¿Cómo empezó la invasión?
Ambiente se encuentra trabajando, junto con investigadores de Mendoza, para analizar hacer un estudio de población y también medir cuál es el impacto real de la llegada de las tortugas campanitas a Valle Fértil. El trabajo es a contrarreloj, porque en un año hubo un avance muy importante de la especie. Estiman que podrían demorar unos 9 meses en ponerle un número y en marcar una zona, información fundamental para trazar un
Mientras tanto, sobre el origen concreto del problema sólo se pueden hacer teorías, ya que la aparición de la Phrynops hilarii fue una sorpresa. Sin dudas, se trata de un caso de irresponsabilidad humana, ya que la tortuga campanita tiene su hábitat al Norte del país y el continente y naturalmente sólo se la puede encontrar hasta Córdoba. Sola hasta Valle Fértil no pudo llegar y es muy difícil que haya sido accidental. Una posibilidad que barajan los especialistas es que hayan sido traídas de un criadero de La Rioja y liberadas en el dique. Lo que tal vez fue un acto bienintencionado de alguien que intentó proteger a los animales, pero generó un problema grave a nivel medioambiental.
Lo cierto es que ahora la Secretaría de Medio Ambiente de San Juan deberá hacer un esfuerzo extra para proteger la zona de las acciones de esta especie. Yanina Ripoll, encargada de este proyecto, explicó a Tiempo de San Juan que se están haciendo esfuerzos por declarar oficialmente a este especie como plaga, pero esto tardará alrededor de 9 meses. Esta clasificación es importante porque si no se declara oficialmente como perjudicial para la flora y fauna, el Estado no puede intervenir con un plan para cazar o recapturar y trasladar a los animales. Incluso, a pesar de ser especie exóticas, todavía no pueden ser cazadas por particulares.
Si una especie exótica reviste un daño extremo para un ambiente, se la considera plaga y recién ahí la ley de San Juan permite que se cace o capture.
Con la información y la declaración por parte de la Legislatura provincial de que las tortugas son una plaga, se puede empezar a trabajar para mitigar el problema. Las opciones son habilitar la caza y hasta armar un plan de traslado a otros puntos que sí son su hábitat natural.
La más reciente, pero no la única invasión
La historia del ser humano está llena de casos de introducción de especies exóticas y la posterior problemática ambiental. Es que los ecosistemas tienen un equilibrio logrado tras miles de años de evolución, que se ven rotos por la mano del hombre, incluso cuando no lo parece.
Un caso histórico que muestra el efecto de este procesos es el que protagonizó hace más de 200 años la liebre europea, que fue traiga a América como alimento y animal para caza deportiva y terminó convirtiéndose en un problema crónico del continente, ayudando a la extinción de especies locales y sigue ganándole terreno a otras hasta la actualidad.
En San Juan hay muchos casos como el de la tortuga campanita que han puesto en peligro el equilibrio biológico. Algunos ejemplos son el caso de la rana toro, que habría ingresado debido a un criadero privado que no prosperó y terminó dejándolas en libertad, los jabalí y hasta algunas especies vegetales, que pueden ser tan dañinas como los animales.
En el país hay incluso un alerta general entre los biólogos por un invasor que es invisible hasta que se convierte en un problema hasta para los seres humanos: el alga didymo. Esta especie se traslada en las embarcaciones y tablas de deportistas o aficionados, se instala en cursos de agua dulce y termina destruyendo ecosistemas enteros y hasta dificulta la potabilización de agua. Es uno de los mayores “enemigos” biológicos a los que se enfrenta el país.
El alga didymo no ha sido detectada en San Juan, pero desde Ambiente realizan una campaña extensiva para que deportistas y turistas limpien a consciencia sus elementos antes de ingresar a rios sanjuaninos. “En competencias o encuentros de kayak u otros insistimos en que limpien con lavandina todo lo que estuvo en otros cursos, porque genera inconvenientes muy graves y es muy difícil de mitigar”, explicó Ripoll.
La Secretaría de Ambiente trabaja en un plan integral para luchar contra especies exóticas y plagas, ya que son uno de los principales factores de destrucción del medio ambiente. “Insistimos a la población que siempre que vean algún animal o planta que no han visto nunca, que les resulta extraño, avisen a guardaparques o al 0800 de Ambiente”, solicitó la especialista. Es que una detección temprana podría evitar un problema como el que actualmente tiene San Juan con la tortuga campanita, especie que recientemente terminó su temporada de apareamiento y ya deben haber cientos de huevos nuevos esperando por romper en territorio vallisto.