Investigadores de la Universidad de Cardiff descubrieron un nuevo tipo de célula inmune que podría servir como base para mejorar la terapia contra diversos tipos de cáncer en humanos, aunque todavía no fue probada fuera de laboratorio. El trabajo fue publicado en Nature Immunology.
La célula hallada es un nuevo tipo de linfocito T, una familia dentro de los glóbulos blancos implicada en las funciones inmunes de nuestro organismo. Los linfocitos T se activan al entrar en contacto con células foráneas o dañadas y las atacan para restaurar el equilibrio. Su rol, entonces, es de controlar tanto el desarrollo de infecciones como limitar el crecimiento de los tumores.
El desarrollo del cáncer se debe a que las células tumorales vencieron la barrera del sistema inmune y torcieron la balanza en favor de su propio crecimiento. Los tumores logran esto a través de diversos y complejos mecanismos de evasión al sistema inmune. Uno de estos mecanismos, y el inspirador de la terapia con células T, es el arresto a la proliferación de células del sistema inmune.
En la terapia con células T, una de las formas utilizadas en los tratamientos contra el cáncer, lo que hacen los científicos es extraer linfocitos T de la sangre del paciente, “hackearlos” para que actúen específicamente contra las células tumorales, multiplicarlos en el laboratorio y luego volver a inyectarlos en el torrente sanguíneo.
Pero este tipo de tratamientos, el más común de los cuales es conocido como CAR-T, tienen un problema central: tienen que ser personalizados para cada individuo y para cada tipo de cáncer. ¿Por qué? Porque los linfocitos T, al menos los ‘convencionales’, actúan reconociendo moléculas extrañas (de microorganismos o células tumorales) siempre que se encuentren unidas a un receptor en la célula que las posee llamado Antígeno Leucocitario Humano o Complejo Mayor de Histocompatibilidad (HLA o MHC; por sus siglas en inglés).
Nuevos linfocitos T
El problema, al menos para esta terapia, radica en que cada persona tiene un set diferente de moléculas de HLA, lo que deriva en que los linfocitos de un individuo sean específicos para ese individuo y contra sus células malignas.
Lo que los científicos encontraron ahora en su investigación es un subtipo de linfocitos T “no convencionales”, que actúan de forma independiente al HLA, mediante otro receptor: el MR1. Este nuevo receptor tiene la gran ventaja de no variar entre individuos, por lo que este subtipo de linfocitos T tiene el potencial de atacar a diversos tipos de tumores y de diferentes personas, sin importar cuáles moléculas de HLA poseen en su superficie.
De este modo, podría funcionar como base para una terapia con células T que abarque a un grupo amplio de personas.
Resultados preliminares
En el laboratorio, quedó demostrado que los linfocitos T con el receptor que reconoce MR1 fueron capaces in vitro de reconocer y matar diversos tipos de células cancerígenas que no compartían el HLA (pulmón, leucemia, colon, mama, próstata, hueso y ovarios).
También quedó evidenciado que en los ratones tratados con estos linfocitos T no convencionales hubo una regresión del cáncer en comparación con grupos control. En ningún caso las células normales fueron atacadas, lo que sugiere un gran potencial para ser aplicado a futuro en las terapias oncológicas.
Sin embargo, estos estudios están en fase preliminar. Aunque promisorios, requerirán de mucho tiempo, experimentos y consensos para determinar si el receptor MR1 se constituye en un nuevo target de las inmunoterapias para el cáncer.
*Estudiante avanzado de bioquímica. Actualmente, está becado en un proyecto de bioinformática sobre cáncer.