La pandemia no permitió hacer los trabajos de campo el año pasado y el terremoto complicó al remover las casas de adobe donde, por lo general, crecen estos insectos.
La provincia de San Juan es considerada zona endémica del Mal de Chagas a raíz de tener el vector, la vinchuca que convive con el parásito llamado Trypanosoma cruzi transmisor de la enfermedad. La pandemia de coronavirus, además de las obvias consecuencias, vino a enredar la tarea que estaba desarrollándose contra el insecto: “En ese tema estamos complicados, como siempre”, afirmó la titular del Programa de Control de Vectores.
Liliana Salvá señaló que los distintos períodos de aislamiento y cuarentena que se mantuvieron a lo largo de 2020 no permitieron el normal desenvolvimiento del plan de control de las vinchucas. Recordó, además, que este insecto se encuentra tanto en las zonas rurales como urbanas, por lo que es necesario estar atento a su presencia en los hogares.
“Hemos podido retomar el trabajo de a poco. De hecho, están yendo tres brigadas a 25 de Mayo porque es un departamento que comenzamos a trabajar hace dos años en toda la zona rural en La Chimbera y Casuarinas, pero por distintos motivos no pudimos seguir y ahora lo queremos terminar”, explicó la funcionaria.
Es que en ese lugar se encontraron tanto vinchucas sanas como otras portadoras del parásito, por lo cual es fundamental hacer el seguimiento para determinar si la población de insectos sufrió una modificación (tanto si creció o disminuyó) y qué incidencia tiene este aspecto en la salud de los pobladores.
“También se está trabajando en Ullum a través de una brigada que va todos los días porque queremos consolidar ese departamento que significa verlo dos veces y establecer si los índices bajan”, agregó Salvá. La misma tarea se realiza en Caucete y Sarmiento.
La especialista contó que el terremoto de enero pasado también provocó un mayor trabajo de campo porque al caerse viviendas de adobe y removerse algunas paredes de material seco como los techos de caña, las vinchucas también salieron de sus refugios.
Aunque normalmente se asocie la presencia de vinchucas a la zona rural, Salvá recordó que algunas condiciones favorecen la proliferación en las zonas urbanas como los nidos de palomas donde se refugian en busca de alimento.
“En el Gran San Juan estamos trabajando con la denuncia, es decir, la gente nos trae la vinchuca y luego nosotros la analizamos. Después vamos a la vivienda a fumigar e investigar para tratar de encontrar el foco. Lo que tenemos que marcar es la necesidad de mantener la casa limpia, mover los muebles y colchones porque se suelen meter en esos rincones. Y también controlar los gallineros y conejeras que son focos importantes de vinchucas”, concluyó.
Trabajo interrumpido
Durante 2019, el Programa de Control de Vectores recibió 900 denuncias de personas que espontáneamente llevaron una o varias vinchucas que encontraron en su casa. Mientras que los especialistas del plan de prevención se encargaron de monitorear alrededor de 5.500 insectos en todo San Juan. El índice de infección hace dos años fue de 2,2%, es decir que dos vinchucas de cada 100 tenían el parásito que causa la enfermedad de Chagas.
Lamentablemente la pandemia de coronavirus obligó a interrumpir el trabajo de campo del programa, teniendo en cuenta que la única manera es visitar los domicilios y hacer la búsqueda en el lugar. Con una situación epidemiológica mejor en comparación a meses anteriores, los técnicos del área han podido retomar estas tareas en los 19 departamentos de la provincia.
¿Qué es el Chagas?
Se trata de una enfermedad causada por el parásito Trypanosoma cruzi, que puede vivir en la sangre y tejidos de personas y animales y en el tubo digestivo de insectos como la vinchuca. Como este insecto se alimenta de la sangre de personas y animales, al picar transmite la enfermedad.
La vinchuca mientras pica para alimentarse, defeca y cuando la persona se rasca arrastra los parásitos de la materia fecal hacia el lugar de la picadura introduciendo los parásitos en su cuerpo. Pero también puede transmitirse vía congénita, es decir, cuando la mujer tiene Chagas y se lo puede contagia a su bebé durante el embarazo. Y vía transfusional por un suministro de sangre donada por una persona con Chagas o a través de un trasplante de un órgano.
Fuente:Diario Huarpe