Una multitud acompañó en la despedida final a Alberto ‘Wey’ Zapata, el joven de 23 años que falleció el pasado domingo en Córdoba durante una carrera de motocross y que alcanzara una gran popularidad a nivel nacional por su capacidad para superar el trauma de haber perdido un brazo en un siniestro vial en el último mes de noviembre.
Poco antes de las 17,30 partió la caravana desde la sala velatoria en calle Salta y ya en los primeros aplausos también ‘acompañaban’ el sonido de numeorsos caños de escape de las motos que aceleraban sus conductores.
En un imponente coche fúnebre Lincoln modelo 1954, que se emplea exclusivamente para ocasiones muy especiales, fueron trasladados los restos del piloto de motocross, desde la sala velatoria en Salta pasando Córdoba (Capital), hasta el cementerio de Meglioli pasando Dr. Ortega (Rawson).
Los seguidores motoqueros, tanto niños que inician sus primeros pasos como los más experimentados, todos, acompañaron con un rugiente sonido de motores y banderas en la despedida a un gran deportista que supo, con su impronta y actitud, superar el accidente que lo dejara sin un brazo.
La caravana pasó por el ‘Conector’ Sur, donde se formó un interminable cordón de personas y de motos. Así, se convirtió en un desfile conmovedor hasta el lugar del sepelio.
En la puerta del predio estaban los chicos que eran alumnos o simplemente conocidos del piloto que iba a cumplir 24 años el próximo 24 de abril. Al arribar la multitud, comenzó a atronar el “Se ve, se siente, el Wey está presente”, mientras cientos de manos saludaban con un golpe de puño a los familiares que ingresaban al predio, convirtiendo también más que movilizador ese momento.
De a poco se fue dispersando la gente y en el sonido de cada moto iba el recuerdo del Wey Zapata.