Guillermo Migliorini Izurieta se convirtió en una de las primeras víctimas fatales entre los trabajadores de la educación de General Pueyrredón desde el regreso a las clases presenciales. El docente de 27 años se contagió de coronavirus en el mes de abril y cuando se enteró advirtió por «la estúpida ficción de la nueva presencialidad» en un posteo de su cuenta de Facebook.
El martes 13 de abril había recibido el resultado del diagnóstico: era positivo de Covid-19. Cursaba la enfermedad con fiebre muy alta que no podía bajar y tenía algunos problemas para respirar, por lo que cuatro días más tarde quedó internado en una clínica de la ciudad.
Si bien había recibido las dos dosis de la vacuna, su cuadro se agravó a partir de una patología de base que ya padecía hasta que finalmente se constató su deceso en los últimos días. Pero antes de morir, en su cuenta de Facebook, el docente sumó su opinión al debate que gira en torno a la presencialidad en medio de una pandemia como la del coronavirus y los riesgos sanitarios que conllevan.
«Tengo mucha fe en los profesionales que me cuidan y en las personas que me quieren y están tirando rezos, oraciones y buenas energías. Ojalá a muchos de mis contactos que creen en la estúpida ficción de la nueva presencialidad, montada para aplacar a los medios – que no paran porque son criminales de la peor calaña – se les caiga esa fachada y puedan ver la realidad», posteó el 18 de abril en su cuenta personal de la red social.