Se trata de un tratamiento experimental que se encuentra en fase 2 llamado semorinemab, que se realizó en pacientes afectados de una forma entre leve y moderada de la enfermedad. Cuáles fueron los resultados
La enfermedad de Alzheimer es una patología que se encuentra en continuo estudio por la comunidad científica mundial. Ahora, la empresa biofarmacéutica suiza AC Immune mostró este martes resultados esperanzadores en ensayos clínicos sobre un tratamiento en estudio contra la enfermedad de Alzheimer, en un estado intermediario de las investigaciones.
En un estudio de fase II, que corresponde a la etapa intermediaria de los ensayos clínicos,el tratamiento experimental llamado semorinemab demostró una reducción de 43,6% de la baja cognitiva al cabo de 49 semanas en pacientes afectados de una forma entre leve y moderada de la enfermedad, indicó en un comunicado.
El segundo criterio de evaluación principal en el estudio, que concierne la baja funcional en las actividades diarias, no fue alcanzado, precisa esta empresa biofarmacéutica especializada en las enfermedades neurodegenerativas.
Titulado Lauriet, este estudio realizado junto a Genentech, filial estadounidense del gigante farmacéutico suizo Roche, busca evaluar este tratamiento que tiene como objetivo una parte de la proteína tau. En las taupatías (enfermedades neurodegenerativas) como la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau se repliega mal y forma enredos que provocan daños celulares y finalmente la muerte neuronal.En las taupatías (enfermedades neurodegenerativas) como la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau se repliega mal y forma enredos que provocan daños celulares y finalmente la muerte neuronal (Getty Images)
Se supone que la proteína tau anormal se propaga luego entre las neuronas, implicando progresivamente más zonas del cerebro. El semorinemab es un anticuerpo monoclonal antitau experimental y está concebido para ligarse a tau y reducir su propagación entre las neuronas, explica la empresa suiza en el comunicado.
En el estudio, este tratamiento es evaluado con relación a un placebo entre 272 personas repartidas entre 43 centros de investigación en el mundo. “Es la primera vez que observamos un efecto terapéutico de un tratamiento por anticuerpos monoclonales antitau”, agregó.
“Pese a esos resultados interesantes, seguimos siendo prudentes respecto a lo que eso puede significar para los pacientes”, matizó. Señaló que “este ensayo en pequeña escala es relativamente corto” y se hizo durante 49 semanas cuando la enfermedad de Alzheimer es una enfermedad crónica de evolución lenta.
Proteína en la retina, otra esperanza
Los depósitos de proteínas en la retina podría ayudar a una detección más fácil y rápida de Alzheimer. Las placas amiloides son depósitos de proteínas que se acumulan entre las células cerebrales, dificultando su funcionamiento y provocando finalmente la muerte neuronal. Se consideran un rasgo distintivo de la enfermedad de Alzheimer y el foco de múltiples investigaciones diseñadas para reducir o prevenir su formación. Como los depósitos de amiloide también pueden aparecer en la retina del ojo, a menudo en pacientes de Alzheimer, podría ayudar a una detección más fácil y rápida de la enfermedad.
En el estudio, este tratamiento es evaluado con relación a un placebo entre 272 personas repartidas entre 43 centros de investigación en el mundo
En un pequeño estudio transversal, publicado en la la revista ‘Alzheimer’s & Dementia’, un equipo multicéntrico de investigadores, dirigido por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, comparó las pruebas de amiloides en la retina y el cerebro de los pacientes del estudio A4 y de otro estudio (Longitudinal Evaluation of Amyloid Risk and Neurodegeneration) que evaluaba el riesgo de neurodegeneración en personas con niveles bajos de amiloide.
Los investigadores observaron que la presencia de manchas en la retina se correlacionaba con escáneres cerebrales que mostraban niveles más altos de amiloide cerebral. El hallazgo sugiere que las imágenes retinianas no invasivas pueden ser útiles como biomarcadores para detectar el riesgo de EA en sus primeras etapas.
“Se trata de un pequeño conjunto de datos iniciales de la visita de cribado. Involucró a ocho pacientes”, explica el autor principal Robert Rissman, profesor de neurociencias en la Escuela de Medicina de la UC San Diego y director del Núcleo de Biomarcadores para el Estudio Cooperativo de la Enfermedad de Alzheimer y el Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer en la UC San Diego.
Diabetes y Alzheimer
Cuanto más temprano comienzan los síntomas de diabetes, mayor sería el riesgo de padecer Alzheimer. A esa conclusión llegaron científicos de varias instituciones europeas que analizaron la edad de inicio de la enfermedad metabólica y el riesgo posterior de demencia. Los hallazgos son especialmente preocupantes dada las crecientes tasas de diabetes entre los más jóvenesOtra investigación publicada en la revista especializada JAMA encontró que la diabetes tipo 2 está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia más adelante en la vida, y cuanto más joven es la edad a la que se diagnostica la diabetes, mayor es el riesgo (Getty Images)
Se sabe que, cuando la diabetes comienza a padecerse a edades tempranas, trae complicaciones a la salud a lo largo de toda la vida. Quien convive con esa enfermedad metabólica sabrá que debe cuidar y controlar su salud renal, cardiovascular, ocular. Sin embargo, las asociaciones entre diabetes y demencia no estaban del todo claras.
Ahora, un nuevo estudio colaborativo realizado por científicos del Instituto Francés de Investigaciones Médicas y Sanitarias (INSERM); la Universidad de Padua, Italia; la Universidad de Budapest, en Hungría; y la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos, entre otros, hizo hincapié en las consecuencias que esa patología puede tener en el cerebro.
Una investigación publicada en la revista especializada JAMA encontró que la diabetes tipo 2 está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia más adelante en la vida, y cuanto más joven es la edad a la que se diagnostica la diabetes, mayor es el riesgo.
Los hallazgos son especialmente preocupantes dada la prevalencia de diabetes entre los adultos y las crecientes tasas de diabetes entre los más jóvenes. Una vez conocida como “diabetes de inicio en la edad adulta” para distinguirla de la enfermedad de tipo 1 de “inicio juvenil” relacionada con el sistema inmunológico que comienza en la niñez, la diabetes de tipo 2 se observa en personas cada vez más jóvenes, en gran parte ligada a tasas crecientes de obesidad.