En medio de un club en conflicto, el presidente llega al final de su licencia y se comunicó con Matías Lammens para determinar los pasos a seguir.
El clima en San Lorenzo está más que revuelto. A la crisis institucional que sufre hace meses y la ausencia de una figura presidencial con Marcelo Tinelli como gran ausente, ahora se le sumó un presente futbolístico complicado y que estalló el pasado fin de semana en el Nuevo Gasómetro.
Los hinchas del «Ciclón» buscan respuestas de algún tipo y las mismas no llegan. El 2 a 2 ante Platense, sumado a la salida de Pedro Troglio, llevaron a una situación en donde los dirigentes deben dar la cara y sucede todo lo contrario. Por eso, se llegó a un día que parecía ser clave, pero que finalmente no lo fue
La dirigencia que supo llevar a San Lorenzo a la gloria máxima en 2014 está desaparecida. Matías Lammens se abrió con su camino en la política, como ministro de Turismo y Deporte de la Nación, y hoy es el mandatario, y Tinelli, que pidió ser presidente en la fórmula, lleva más de un año de licencia y el futuro es incierto.

En este contexto, el conductor y empresario regresó de su viaje al exterior y se buscaba tener una respuetsa sobre la continuidad en el cargo, pero le pidió «unos días» a Lammens para definir su postura. En el medio, San Lorenzo sigue y la situación está lejos de llegar a un final que calme las aguas.
La postura de Lammens, junto con Horacio Arreceygor, es que Tinelli confirme su posición antes del fin de semana, en lo que será un nuevo duelo como local ante Patronato. Desde ahí, se buscará un nuevo entrenador para reemplazar el interinato de Fernando Berón y la dirección que llevará el club en el próximo mercado de pases.
Mientras tanto, la paciencia se fue terminando y los hinchas piden que haya soluciones. La gestión actual se extiende hasta 2023 y las chances de que el cambio se de antes no aparecen en un momento que muchos toman como crítico, puntualmente en lo económico.