Vélez golpeó dos veces con Lucas Janson, Talleres se lo empató y el Fortín lo ganó sobre la hora. El pase a semifinales se define en Córdoba. Hubo incidentes con hinchas infiltrados del conjunto cordobés.
Vélez y Talleres protagonizaron un partido electrizante por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Luego de una ráfaga de goles de área a área, el Fortín se terminó imponiendo por 3 a 2 y viajará con ventaja a Córdoba, donde buscará sellar el pase a las semifinales.
En Liniers, el local se puso en ventaja temprano, a los 5 minutos, por medio de un cabezazo de Lucas Janson tras un centro de Leandro Jara. Después de esa primera conquista, Vélez tuvo más de una chance de estirar la ventaja. De hecho, antes de ir al descanso, pareció que Luis Suárez le tocó el pie a Walter Bou dentro del área y la jugada requirió la intervención del VAR. Finalmente, el árbitro Wilmar Roldán consideró que no fue falta.
Lejos de bajar la intensidad, las emociones se intensificaron en el complemento. Cuando parecía que el conjunto cordobés estaba más cerca del empate, Vélez repitió la fórmula Jara-Janson y se puso 2 a 0, a los 27 minutos. Pero Talleres no acusó al golpe, y con más ímpetu que juego, descontó de cabeza (81′) a través de Michael Santos, y con un espectacular remate desde afuera del área de Rodrigo Garro (87′), puso las cosas 2 a 2. Hasta que el ingresado Julián Fernández, en el minuto 90, selló el 3 a 2 definitivo para el Fortín con un remate cruzado.
La serie se definirá el próximo miércoles 10 de agosto, desde las 21.30, en el estadio Mario Alberto Kempes. El ganador de esta llave enfrentará en semifinales al vencedor del cruce entre Corinthians y Flamengo, que se impuso 2 a 0 en la ida.
Incidentes con hinchas infiltrados de Talleres
En el inicio del segundo tiempo, se produjeron incidentes en la platea Sur alta cuando hinchas de Vélez detectaron que había simpatizantes infiltrados de Talleres. Durante varios minutos se vivieron momentos de tensión, incluso en los pasillos internos de platea, donde también hubo corridas.
Pese a que desde el banco de suplentes del equipo cordobés advirtieron sobre esta situación al cuarto árbitro, Roldán no frenó el partido.