El ACV es la principal causa de discapacidad y tercera causa de muerte en Argentina. Salud brinda recomendaciones que pueden salvar vidas.
El ACV es una emergencia médica tan grave como el infarto cardíaco o el traumatismo grave. Actuar con velocidad salva vidas.
Todos pueden ayudar a una persona que está sufriendo un ACV reconociendo los síntomas y llamando inmediatamente al servicio de emergencias (911 o número de emergencias de su obra social o prepaga), indicando su sospecha de que puede tratarse de un ACV.
Este llamado con reconocimiento de síntomas dispara un protocolo específico del servicio de emergencias que acelera los tiempos de atención. Por cada minuto de evolución de un ACV que involucra una arteria cerebral grande, se pierden 2 millones de neuronas.
El ACV es una patología tiempo dependiente, y actuar con velocidad es clave para reducir la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad. Cada 30 minutos un paciente que pudo haber sido salvado, muere o queda permanentemente discapacitado porque no recibió el tratamiento específico en el tiempo necesario y en un centro preparado para el manejo del ACV.
Actuar con velocidad no solo salva la vida, sino que puede llegar a evitar las secuelas o discapacidades que esta enfermedad puede generar.
Reconocimiento de los síntomas principales del ACV para que la comunidad esté alerta y actúe llamando al Servicio de Emergencia de inmediato. Esos síntomas son:
- Desviación de la boca
- Dificultad en el habla
- Falta de fuerza en brazos y/o piernas
Generación de conciencia sobre los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrir un ACV:
- Hipertensión
- Diabetes
- Colesterol alto
- Tabaquismo
- Fibrilación auricular
- Alimentación no saludable
- Sedentarismo
- Obesidad
- Estrés
- Consumo de alcohol excesivo