Después de varias complicaciones, la agencia espacial pudo realizar la misión que allanará el camino para un vuelo de prueba tripulado y una futura exploración lunar humana.
Finalmente, la NASA lanzó desde el Centro Espacial Kennedy de Florida su nuevo megacohete lunar SLS y la nave espacial Orion, en una misión de seis semanas alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra.
Artemis I es la primera prueba de vuelo integrada del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA, una nave espacial Orión sin tripulación y los sistemas de tierra en el Centro Espacial Kennedy de la agencia. La misión allanará el camino para un vuelo de prueba tripulado y una futura exploración lunar humana como parte del programa.
El despegue se produjo a las 6:48 horas UTC, (3:48 de Argentina) 44 minutos más tarde de lo previsto, porque fue necesario reemplazar una conexión informática y subsanar fugas intermitentes detectadas horas antes durante el repostaje de la etapa superior con hidrógeno y oxígeno líquidos.
Después del huracán Nicole, que demoró dos días este lanzamiento, los equipos realizaron evaluaciones exhaustivas del cohete, la nave espacial y los sistemas terrestres asociados y confirmaron que no hubo impactos significativos por el clima severo.
El cohete SLS y la nave espacial Orion llegaron a la plataforma de lanzamiento 39B de Kennedy el 4 de noviembre y superaron la tormenta allí.
Los ingenieros previamente hicieron rodar el cohete de regreso al hangar el 26 de septiembre antes del huracán Ian y luego de rechazar dos intentos de lanzamiento anteriores: el 29 de agosto debido a un sensor de temperatura defectuoso y el 4 de septiembre debido a una fuga de hidrógeno líquido en una interfaz entre el cohete y el lanzador móvil.
Antes de regresar al hangar, los equipos repararon con éxito la fuga y demostraron los procedimientos actualizados de repostaje. Mientras estuvieron en el hangar, los equipos realizaron el mantenimiento estándar para reparar daños menores en la espuma y el corcho del sistema de protección térmica y recargar o reemplazar las baterías en todo el sistema.
Durante este vuelo, la nave espacial Orion volará más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave espacial construida para humanos. Viajará a más de 450.000 kilómetros desde la Tierra, miles de kilómetros más allá de la Luna y permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial y regresará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca.