El abogado de la familia de la víctima hizo un detalle puntilloso de las pruebas recabadas, las declaraciones de los testigos y de los hechos ocurridos el 18 de enero de 2020 que derivaron en la muerte de Fernando. “Esta voraz carnicería se extendió por 50 segundos aproximadamente, ese fue el tiempo que les demandó a los asesinos matar a golpes a Fernando”, apuntó Burlando.
Pasadas las 15 horas, el abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando, inició el alegato de la defensa luego de que el Ministerio Público Fiscal haya pedido perpetua para los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa. El letrado afirmó que el asesinato que tuvo lugar el 18 de enero de 2020 en la ciudad balnearia de Villa Gesell fue “planeado”.
Durante el argumento de la defensa, el abogado de la familia Báez Sosa expresó su principal hilo conductor del alegato: “Lo que hubo fue un asesinato planeado, una acción criminal coordinada, un asesinato en el peor de los estados que puede tener un ser humano,que es el estado de indefensión; y además practicado de una manera alevosa”.
Y añadió: “Además se dieron el gusto de acusar a un inocente. Fernando Báez Sosa pidió clemencia y no se la dieron. Basta ver y oír la evidencia para entender que pidió compasión y no se la dieron. Lejos de eso, siguieron pegándole. Buscaron la muerte con golpes que fueron disparos de armas: cada golpe era un disparo, cada patada un tiro. Fue fusilado a golpes y a patadas”.
“Todo ese ensañamiento tuvo como foja cero un simple y accidental empujón en un lugar donde era imposible caminar. En este contexto, Fernando había ofendido al líder de la manada: Máximo Thomsen, al que los demás acompañaban de manera proactiva”, apuntó Burlando, quien también le dedicó un momento al “líder” y apoyándose en un video que se analizó durante la audiencia afirmó que Thomsen: “A la luz de las pruebas obtenidas, anunció el desenlace con el gesto del dedo pasándoselo de izquierda a derecha. Donde esta amenaza de muerte luego se constata”.
En las casi dos horas que se extendió el alegato de Burlando, el abogado fue muy puntual con las descripciones y procuró relatar cada momento del asesinato. Afirmó que los acusados tuvieron “voluntad de matar” y por eso “mataron” a Fernando, al mismo tiempo que detalló que armaron un “cerco humano para actuar sobre seguro y tener la certeza de que su víctima no iba a poder contar con la ayuda que sus amigos quisieron ofrecerle”, pero no pudieron ya que no lograron pasar el “cerco”.
En ese momento, Burlando se centró particularmente en cuatro de los acusados y sus roles dentro de la golpiza: “La orden la impartió Ayrton Viollaz, dijo: ‘Es ahora’. No es algo menor dar una orden que provoca una muerte. Enzo Comelli y Ciro Pertossi avanzaron al objetivo y Máximo Thomsen hizo lo suyo. El resto de los verdugos cumplía su rol en el crimen: todos pegándole, todos matándolo, todos asesinándolo”.
Además, recordó que a Fernando lo agarraron por la espalda y afirmó que los acusados tenían “un mecanismo aceitado” por lo cual “no improvisaron ni un solo movimiento: ya conocían el protocolo del manual de ‘Los demoledores’”, en referencia al accionar de los acusados antes del crimen, según contaron testigos a quienes habrían atacado anteriormente en Zárate.
Y añadió que luego de asesinar a Fernando Báez Sosa: “Vinieron los festejos. La organización de una reunión con flores, vino y marihuana”. También dedicó su momento a la incriminación de Pablo Ventura, el remero falsamente acusado.
“Uno se pregunta por qué mataron: mataron por matar. Realmente es inexplicable. No les importó a quien. Su plan fue llevárselo de trofeo. La coordinación sincronizada de acciones les permitió construir una muralla infranqueable”, apuntó Burlando, al mismo tiempo que agregó que la “voraz carnicería se extendió por 50 segundos aproximadamente, ese fue el tiempo que les demandó a los asesinos matar a golpes a Fernando”.