La provincia de San Juan sacó del poder al partido que la gobernó durante 20 años tras la impugnación del actual gobernador como candidato.
La pequeña provincia de San Juan, en la frontera centro-occidental de Argentina, ha puesto punto final a 20 años de Gobiernos peronistas. Las elección de su nuevo gobernador duró casi un mes. San Juan tenía previstas las elecciones para el pasado 14 de mayo, pero la Corte Suprema las suspendió cuatro días antes en respuesta a un pedido de la oposición. Los partidos contrarios al peronismo denunciaron que el actual gobernador, Sergio Uñac, había alcanzado el límite de mandatos, ya que buscaba presentarse para la reelección tras haber alternado como gobernador y vicegobernador desde 2011. El Supremo escuchó. Uñac no pudo presentarse, en su lugar fue su hermano, y Juntos por el Cambio ganó una elección apretada. Este domingo, su candidato, el diputado nacional Marcelo Orrego, se impuso con el 51% de los votos.
Es el segundo golpe que recibe el peronismo en las elecciones provinciales mientras el país espera las generales del próximo octubre. El pasado 11 de marzo, la pequeña provincia de San Luis, en el centro del país, echó del poder a los hermanos Rodríguez Saá, que se alternaron en el poder desde 1983. La alianza de centroderecha de Juntos por el Cambio suma así seis provincias bajo su poder: además de San Juan y San Luis, renovó su poder en Jujuy, mantuvo el de Corrientes, y gobierna hasta fin de año en Mendoza y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde sus candidatos son los más fuertes. El peronismo mantiene el poder en 13 provincias, con seis de ellas todavía en juego. En lo que va del año, 13 de las 24 provincias argentinas han elegido nuevos gobernadores. Otras nueve lo harán de aquí a octubre y dos, las de Corrientes y Santiago del Estero, renovarán sus autoridades en 2025.
San Juan eligió gobernador tres semanas después de los comicios en los que renovó su Legislatura y definió los nuevos intendentes de sus 19 municipios. El desdoblamiento de sus elecciones terminó complicando al peronismo: sus candidatos a gobernador perdieron este domingo, pero el partido mantuvo su mayoría en el congreso local y ganó las intendencias de 15 de las 19 comunas el pasado 14 de mayo.
La impugnación por parte de la Corte Suprema del gobernador Sergio Uñac como candidato apenas tuvo repercusión a la hora de buscar culpas. A principios de mayo, cuando tres de sus magistrados votaron a favor de suspender las elecciones provinciales, el presidente Alberto Fernández denunció que la decisión dejaba “la democracia como rehén de un grupo de jueces”. Entonces, dijo que sumaría el antecedente al juicio político que los legisladores del Gobierno mantienen contra la Corte por “insólitas interpretaciones jurisprudenciales que permiten al Poder Judicial entrometerse en las decisiones del Congreso Nacional”. El peronismo daba por hecha la victoria de Uñac en la provincia, y la impugnación escaló la guerra entre el tribunal y el gobierno peronista. La comisión del juicio contra la Corte vuelve a sesionar esta semana, y el presidente Fernández se ha limitado a felicitar al vencedor del domingo, Marcelo Orrego.
El nuevo gobernador accede al cargo con una venganza: en 2019 había perdido la elección frente a Sergio Uñac por casi 20 puntos. Diputado nacional desde ese mismo año por un pequeño partido local unido a la oposición de Juntos por el Cambio, fue intendente de Santa Lucía, un municipio del sur de su provincia, entre 2011 y 2019. “Hay que reconocer que hay un proceso de 20 años de peronismo que deberemos reconsiderar y reestructurar”, dijo el gobernador, Sergio Uñac, al reconocer la derrota. Su hermano Rubén alcanzó apenas el 17% de los votos y, junto al exgobernador José Luis Gioja, que se presentó en la segunda lista peronista, quedaron siete puntos detrás de Juntos por el Cambio, con el 44% de los votos en conjunto.
“Más que desbancar al peronismo, lo que se ha desbancado es al kirchnerismo”, dijo Orrego al celebrar su victoria este lunes en una entrevista radial. El kirchnerismo, el ala mayoritaria del peronismo que responde al liderazgo nacional de la actual vicepresidenta Cristina Kirchner, hace cuentas tras la derrota en San Juan. Tanto ese golpe como el de San Luis amenazan su endeble grupo de senadores nacionales, que se renovará en octubre durante las elecciones generales. El peronismo tiene 31 votos y tres aliados fijos entre las 74 bancas, a tres de una mayoría propia. Los malos resultados en las elecciones locales de provincias que daba por ganadas encienden las alarmas: en el Senado se aprueban las leyes, pero también se ponen y quitan magistrados.