El presidente y el ministro de Economía asistirán a la Asamblea General de la ONU programada en los próximos días. Además, ambos podrían unirse a las negociaciones con altos funcionarios del FMI y representantes de entidades internacionales. No obstante, aún no se ha confirmado la agenda.
Javier Milei presentó el pasado domingo el Presupuesto 2025; sin embargo, hay incertidumbre sobre cuándo se alcanzará un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La falta de certezas sobre este punto ha llevado al mandatario a introducir una regla fiscal que prioriza el pago de los intereses de la deuda, antes de discutir otros gastos del Estado.
Esto pretende reemplazar las tradicionales metas trimestrales del programa Extended Fund Facility (EFF) por una política de ajuste fiscal orientada principalmente al cumplimiento de los compromisos de deuda. “Lo primero es pagar los intereses”, parece ser el mensaje clave detrás según amplió la Agencia Noticias Argentinas.
Para los inversores en bonos soberanos argentinos, el seguimiento cercano del FMI ha sido históricamente una señal de estabilidad y garantía. Además, las revisiones trimestrales del organismo han funcionado como un aval para el monitoreo de las cuentas públicas y del plan económico. Sin este respaldo, el riesgo país podría dispararse, volviendo insostenibles las promesas de refinanciación de deuda.
Ahora, uno de los grandes problemas que enfrenta el gobierno es la escasez de dólares para cumplir con los vencimientos de deuda a partir de 2025. Ante este desafío, el equipo económico negocia activamente un préstamo en el exterior que permita cubrir los primeros pagos. Paralelamente, se busca refinanciar una parte significativa de los más de 5000 millones de dólares que vencen en los próximos meses, para evitar presiones en el mercado cambiario.
Cabe destacar también que estas gestiones se suman a los esfuerzos del equipo de Economía, que también se encuentra evaluando la emisión de nueva deuda para paliar la falta de liquidez. A pesar de estas acciones, la presión sobre el dólar financiero podría aumentar si no se logran acuerdos concretos con antelación.