Catriel Gómez se despertó con un fuerte ardor en diferentes partes de su cuerpo, y cuando reaccionó, se dio cuenta que su teléfono celular había explotado mientras dormía y el líquido ácido de la batería se le había quedado impregnado.
El joven de 22 años vive en La Falda, provincia de Córdoba. El jueves salió con sus amigos y al volver, en horas de la mañana del viernes, puso a cargar su celular Motorola E5 Play antes de irse a dormir.
“Me desperté y estaba en llamas. El líquido de la batería me quedó pegado”, relató el chico, que fue asistido por su hermana, quien se encontraba en la misma habitación. Gómez fue al un hospital de la zona y despertó el asombro de los médicos que lo atendieron. “Nunca habían visto algo así”, reveló.
“Me quedaron ampollas desde las piernas hasta las axilas”, agregó en diálogo con El Doce. Y en una publicación en su cuenta de Facebook, acosnejó: “Por eso nunca hay que dormir con el celular encima. Nunca sabés lo que va a pasar”.
Un caso similar había ocurrido en octubre del año pasado en la ciudad de Bastobe, Kazajistán, donde una joven de 14 años (Alua Asetkyzy Abzalbek) murió después de que su teléfono inteligente explotara en su almohada mientras dormía.