La crisis económica desatada en el último tiempo, que se agravó por la devaluación registrada tras las PASO del 11 de agosto, provocó un fuerte derrumbe en el mercado automotor debido a la fuerte suba de precios.
Es que como consecuencia del ajuste que las automotrices hicieron a raíz del aumento que experimentó el dólar, no se encuentra en el mercado ningún auto 0Km a menos de $500.000.
Desde la devaluación de fines de abril del 2018, los valores de los 0 km comenzaron correr una carrera contra el tipo de cambio que hizo que, sólo ese año, aumentaran alrededor de 100%. Durante este año, la situación es similar. Tras las PASO, cuando la moneda estadounidense saltó por arriba de los $60, el panorama se agravó, y las marcas ajustaron sus precios después de esas elecciones, y volvieron a hacerlo en septiembre.
Para los planes de ahorro, que no se benefician con estos descuentos, la situación es peor. El auto más accesible del mercado por estos días es el Renault Kwid que tiene un precio de lista de $599.700. La terminal aplica una bonificación de $100.000 por lo que se vende a $499.700, una picardía del marketing para quedar por debajo de la barrera psicológica de los $500.000. En el bolsillo de los consumidores, no surte efecto. Más si se tiene en cuenta que a ese monto hay que sumarle costos como el de patentamientos, impuestos y flete.
Otros de los modelos más accesibles son el Fiat Moby o el Nissan March que, aún con descuentos, quedan por arriba del “medio millón”. Un caso clásico de auto “económico” es el Chery QQ, un integrante tradicional de este ranking. Sin embargo, desde el año pasado, la marca china decidió expresar en dólares sus listas de precios que antes estaban en pesos. El valor de ese modelo es de u$s11.050, más de $670.000.
Ante esta realidad, las ventas de vehículos siguen en pronunciada caída. En lo que va de septiembre, los patentamientos están retrocediendo 25% respecto a igual período del año pasado. Si bien la baja no es tan marcada, esto se debe a que se compara con malos meses del 2018. En el acumulado anual, el derrumbe ronda el 50%. De hecho, de un mercado de 800.000 unidades que se registró el año pasado, este año se espera cerrar con alrededor de 400.000 operaciones.