Eran las 7 de la mañana del 23 de julio pasado cuando los padres de Nicholas Turner se estaban preparando con sus mejores ropas para asistir a la ceremonia de graduación de su hijo.
Sin embargo, minutos después todo se vino abajo luego de un aviso de unas personas que pasaban por fuera de la casa que vieron el cuerpo del joven de 23 años colgando en el baño del segundo piso, indica Kent Live.
Una investigación realizada por el tribunal forense de Maidstone, que se dio a conocer el martes pasado, señala que el día anterior Nicholas preparó la cena para sus padres y su hermana Matilda, y que se comportó como lo hacía todos los días.
“No dio ninguna advertencia”, dijo su padre Geoffrey. En el relato de los hechos, también se conoció que Nicholas había reprobado su último semestre en la Universidad de Southampton y que no iba a recibir su título de Ingeniería Mecánica.
La familia no tenía idea de que el joven no se iba a graduar y según su padre en sus estudios “siempre lo había hecho bien, o parecía haberlo hecho bien”