La situación de la firma Carsa, una de las sociedades dueña de la cadena de electrodomésticos Musimundo, está cada vez más complicada. Luego de cerrar más de 50 locales en el último año, reestructurar su millonaria deuda con los bancos y no abonar los intereses y servicios de dos de sus obligaciones negociables (ON), ahora comenzó a incurrir en el no pago de indemnizaciones y salarios.
La empresa se había comprometido a pagar las indemnizaciones a los últimos despedidos en los primeros días hábiles de octubre, pero hasta el momento no hubo novedades.
Específicamente, los exempleados afectados hasta el momento son los de las sucursales de Olavarría, Bahía Blanca y Neuquén, que en el último mes bajaron definitivamente la persiana.
Además, los trabajadores de Tucumán denunciaron que hasta el momento no les abonaron el sueldo de septiembre.
En San Juan, Musimundo cerró el local del Espacio san Juan Shopping
En este marco, fuentes de la empresa aseguraron a Ámbito Financiero que están cerca de un nuevo acuerdo de pago a los exempleados y que buscan cumplir con sus obligaciones en el corto plazo. “Hay voluntad de pagar; se están acercando nuevas opciones y plazos”, explican.
La crisis que hoy atraviesa Musimundo no es nueva, ya que desde 2017 viene mostrando problemas económicos derivados no sólo de la caída del consumo. En este marco, tiempo antes había llevado adelante un fuerte proceso de expansión en todo el país con apertura de locales. Y llegó a tener bajo su órbita más de 100 tiendas.
A su vez, en septiembre del año pasado logró concluir el concurso preventivo de acreedores luego de llegar a un acuerdo de reestructuración de deuda con los bancos y el cierre de más de 30 sucursales que en ese momento consideraba como “no estratégicas”.
Finalmente, en junio de este año el panorama se volvió a ensombrecer cuando no pagó sus ON y además anunció que buscaría reestructurar deudas con proveedores y bancos.
Su directorio advirtió en mayo pasado que tenía “un faltante de caja de $706 millones que la compañía no puede financiar con recursos propios ni con créditos bancarios” y por eso no podría cumplir con el pago de intereses pautado de sus obligaciones negociables, pero esto también se extendió a vencimientos de deuda con bancos y proveedores.
Luego de este anuncio las ventas del sector continuaron cayendo. Además, en agosto pasado el dólar pasó de $45 a $60, descalzando económicamente aún más a las empresas del rubro.
Mientras tanto, y según se desprende del último informe del BCRA, su deuda bancaria asciende a poco más de $1.500 millones y tiene cheques rechazados por más de $26,5 millones. Estas deudas había conseguido refinanciarlas, pero ahora todo volvió a foja cero con el agravante de que el no pago de salarios e indemnizaciones complica su situación ante la Justicia comercial.