Góndolas y lanchas arrancadas de los amarres y empujadas hacia las costas, cinco “vaporetti”, el transporte marítimo público, hundidos o a la deriva, así como totalmente inundadas las tiendas, restaurantes y hoteles de la ciudad. Más de 60 barcos han sido dañados, según una primera estimación.
También se ha producido una víctima, un hombre de 78 años que se electrocutó en la isla de Pellestrina, al sur de Venecia debido a un cortocircuito cuando intentaba bombear el agua de su casa.