A días de que el intendente Marcelo Marinero le traspase el mando en Iglesia a Jorge Espejo, salieron a la luz una serie de medidas que revelan el caos en la transición. El Concejo Deliberante había sacado una ordenanza para mantener a unos 3.500 contratados por un año, pero el actual jefe comunal luego ordenó darle de baja a unos 3.000 y sostener a aquellos afectados a los servicios básicos, como limpieza y mantenimiento de los espacios verdes, de acuerdo a los números que brindó Espejo. Marinero dio a conocer la decisión a través de un comunicado, en el que aseguró que lo hizo en acuerdo con su sucesor, algo que este negó. No fue lo único, ya que el Legislativo municipal creó cuatro cargos para cada bloque, cuyas remuneraciones rondan entre los 30 mil y los 40 mil pesos. Como a partir de diciembre serán tres bancadas, serán 12 puestos. Tras las quejas, Espejo dijo que tiene la promesa de Marinero que vetará esta medida de los ediles por el gasto que implica a futuro.
El escándalo por los contratados de Iglesia tuvo su pico máximo en junio, cuando los empleados tomaron la comuna en reclamo por los haberes adeudados. La situación fue llamativa ya que, a ese mes, Iglesia había recibido poco más de 286 millones de pesos en regalías mineras y no contaba con recursos para pagar sueldos. Por ese conflicto, Marinero dijo que en la comuna había unos 1.500 contratados (ver recuadro). Pero la situación parece ser mucho más grave. De cara a la transición, el equipo técnico del intendente se reunió con el de Espejo a quien, según confirmó este, le informaron oficialmente que la cifra total de contratados “llega a unos 3.500”. A raíz de esa situación, el diputado le solicitó al jefe comunal que “sincere su planta de contratados” porque el número es “excesivo”. Bajo esa línea, Marinero comunicó, a través del jefe de Personal, que “en común acuerdo entre el actual intendente y el electo, se resuelve suspender a todos los contratados a partir del 1 de diciembre”, dejando sólo los asignados a servicios esenciales. Al ser consultado sobre la medida, Espejo señaló que “no me hago cargo de esa nota”, aunque indicó que es “imposible sostener ese número de contratados”.
A su vez, la medida de Marinero va en contra de una insólita ordenanza que el Concejo aprobó por unanimidad hace una semana, en la que señala que “por las reiteradas crisis económicas nacionales”, que hacen que “los contratados estén al borde de una situación de exclusión”, se establece un programa de inclusión por un año, en el que si el intendente quiere darle de baja a un contratado, primero se lo tiene que comunicar al cuerpo deliberativo “con un plazo no menor a 30 días corridos, acompañando un informe de la situación económica del agente”. Según Espejo, dicha movida obliga a mantener a los 3.500 contratados en todo 2020 y que atenta contra las facultades de designación del Ejecutivo.
Por otro lado, el 20 de noviembre, los ediles crearon para cada bloque una dirección, una secretaría y dos asesorías, lo que hace un total de 12 cargos, ya que hoy y en la próxima gestión habrán tres bancadas. Espejo se mostró molesto por esa ordenanza, ya que, históricamente, el Concejo ha tenido un director, un secretario y dos asesores, y los fondos deberían ser aportados por el Ejecutivo. Tras conocer el documento, el intendente electo dijo que habló con Marinero, quien le indicó que vetará la ordenanza. El actual jefe comunal no atendió los llamados de este medio para confirmar la postura.
Claves
Cargos
El 20 de noviembre, los concejales aprobaron una ordenanza creando cuatro puestos para cada uno de los tres bloques. Solicitaron reasignar partidas del Ejecutivo para sueldos.
Contratados
El 27 de noviembre, los ediles aprobaron por unanimidad mantener en sus puestos a los 3.500 contratados (según los números de Espejo) en sus puestos por el plazo de un año.
Comunicación
Marinero le comunicó a cada repartición que suspendió a todos los contratados (salvo los que prestan servicios esenciales) porque los mismos van a ser revisados por Espejo después del 10.
Conflicto con el personal temporario
A fines de junio, en un encuentro que se dio en la puerta del municipio y con custodia policial, el intendente Marcelo Marinero les comunicó a los contratados que les iba a reducir el 50 por ciento del salario que percibían. Según dijo en su momento, la medida se debía a que no le alcanzaba la plata, a pesar de recibir millones de pesos por regalías mineras. La propuesta generó tensión y fue rechazada por los trabajadores. Al mes siguiente, los empleados tomaron el edificio comunal y, sorpresivamente, el secretario de Gobierno, Lucio Riveros, le dijo a los manifestantes que los pagos no se concretaban por demoras en el envío de los fondos por regalías. Tras unos días, los recursos llegaron y el conflicto cesó. Según la cifra oficial actual, en Iglesia hay 3.500 contratados, casi dos por cada hogar del departamento.