Un total de 6 años de cárcel fue la propuesta de Fiscalía, para cerrar el caso con un juicio abreviado por el delito de robo agravado por ser cometido en poblado, en banda y con un arma impropia, una botella de Fernet con la que, según el denunciante, lo habían golpeado. Pero Andrés Montaña, Alejandro Tello, Emanuel Hidalgo y su cuñado Pablo Matías Quiroga, no quisieron esa salida, convencidos de su inocencia, pues nunca le habían robado una cadenita de oro, dos billeteras con plata y tres teléfonos a Rodrigo Gabriel Bernat. Y fueron a juicio común. Y en ese juicio, celebrado ayer en Flagrancia, quedó en evidencia la mentira de Bernat y la injusta detención de los cuatro amigos. El resultado no pudo ser otro: los amigos libres y Bernat, preso, para ser investigado en un juzgado Correccional por falso testimonio, falsa denuncia y el hurto de una billetera y unos anteojos de Quiroga. Al final, las cargas se invirtieron y ahora todo indica que el ladrón pudo ser el denunciante.
La pesadilla de pasar de un día de distensión a estar en un calabozo en la seccional de Jáchal, comenzó en el momento que los amigos, todos de Alto de Sierra, Santa Lucía, se toparon con Bernat el 4 de diciembre pasado en Mogna, Jáchal. Según Graciela Agüero, madre de Quiroga, ese día fueron a las afueras del pueblo para buscar un lugar donde refrescarse y pasar el momento. Cuando creyeron hallarlo junto a un canal, decidieron volver al centro del lugar a comprar algunas cosas y ahí fue que se toparon con Bernat haciendo dedo. Lo cargaron en la camioneta Fiat Fiorino y, ya en el pueblo, Bernat se las arregló para quedarse con ellos.
“Pero cerca de las 4 de la tarde empezó a provocarlos, a decirles que sabía artes marciales, parece que no estaba bien, que había consumido algo pero ellos trataron de sacárselo de encima y cuando ya se iba, mi hijo se dio cuenta que le había robado la billetera y unos anteojos y ahí discutieron y forcejearon, pero no pasó a mayores”, contó la mujer.
Lo grave para los amigos ocurrió al emprender el regreso a casa. En pleno tránsito los paró la Policía y se los llevó a la comisaría de Jáchal, donde quedaron detenidos, con todo lo que llevaban en la Fiorino secuestrado.
Fue el abogado Maximiliano Páez Delgado quien se encargó de la defensa de los cuatro amigos, y confió en su inocencia.
Ya desde el comienzo mismo de la investigación la versión de Bernat comenzó a hacer agua. Así, en un segundo relato a la Policía, la cadenita de oro pasó a ser de acero quirúrgico y la billetera, que de cuero marrón y con $1.000, se transformó en una de color negro con $5.000.
En el juicio las contradicciones siguieron, pues dijo que sus atacantes se movilizaban en un Ford Fiesta azul, no la Fiorino blanca de sus denunciados.
La frutilla del postre de tanta mentira fueron los dos celulares secuestrados y exhibidos en la audiencia. Bernat dijo que eran suyos, pero cuando los encendieron y le pidieron llamar nunca se pudo comunicar. Y cuando le pidieron desbloquearlos se animó, pero tampoco lo consiguió, algo que hicieron al instante los verdaderos dueños de los aparatos.
Entonces el fiscal Iván Grassi pidió liberar a los cuatro acusados (tras 8 días de encierro) y la detención de Bernat por falso testimonio, falsa denuncia y el supuesto hurto de la billetera y los anteojos de Quiroga. El juez Ricardo Grossi accedió en el acto.
“No entiendo cómo querían condenarlos a 6 años por algo que no hicieron, deberían haber investigado bien antes de meterlos presos. Estos chicos nunca pisaron una comisaría, son gente de trabajo y lo que les hicieron fue lo peor que nos pudo haber pasado”, aseguró Agüero.