El cura Eduardo Lorenzo, acusado de abuso sexual y sobre quien pesaba una orden de detención, se suicidó este lunes a la noche. La jueza platense Marcela Garmendia había ordenado la detención del excapellán del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), pero su abogado consiguió mantenerlo en libertad a través de la apelación. Ante el futuro incierto, el cura se quitó la vida.
El Gabinete Criminalístico de la Policía Bonaerense trabajaba la noche del lunes en la sede de Caritas en La Plata, ubicada en el cruce de las calles 4 y 49.
Lorenzo, procesado por abuso sexual agravado en cinco oportunidades, había quedado el lunes al borde de la detención tras la orden de la jueza Marcela Garmendia, pero su abogado, Afredo Gascón, consiguió demorar el arresto al apelar ante la Cámara de Garantías
Eduardo Lorenzo había jurado ser inocente, pero los resultados de una pericia psicológica fueron contundentes: el cura presentaba rasgos “psicópatas, perversos, narcisistas y obsesivos”.
En la pericia, solicitada por la fiscal Ana Medina, los psicólogos determinaron que Lorenzo transmitía “una imagen grandilocuente de sí mismo que engrandece su autoestima” y que “no siente culpa ni angustia porque la hostilidad siempre está en el afuera”.