La versión era que, todos los jueves a la noche, un resto bar céntrico se convertía en boliche para fiestas clandestinas. Los policías de la Dirección de Investigaciones hicieron averiguaciones y vigilancia y este viernes a la madrugada allanaron sorpresivamente el local ubicado en calle Entre Ríos, en el corazón de la capital sanjuanina. Confirmaron las sospechas: se trataba de una fiesta clandestina, había 200 personas en dicha confitería y no tenía habilitación como salón bailable. Todo terminó con la clausura.
El operativo se concretó pasadas las 3 de la madrugada de este viernes en el resto bar que lleva el nombre de Flores, en calle Entre Ríos, entre Rivadavia y Laprida, revelaron fuentes policiales. El propio Secretario de Estado de Seguridad, Carlos Munisaga, confirmó la información: “el local no contaba con habilitación para esta actividad, no era un local bailable, no tenía seguridad privada y excedía la capacidad de personas permitida”. El funcionario explicó “estos operativos van a continuar. Vamos a ser exigentes con los controles porque está en juego las vidas de las personas”.
Los policías de la guardia de la División Delitos entraron como unos cliente más y cuando constataron la supuesta violación al Código de Faltas ordenaron parar la música y aguaron la fiesta para los centenares de jóvenes y chicas que bebían y se divertían en el bar. Hubo un gran revuelo pero no hubo desmanes ni personas detenidas, señalaron. Recién a las 5 se pudo desalojar de todo el local.
El responsable del local fue identificado como Gabriel Ortega Olmos, a quien le hicieron firmar las actas del procedimiento por infracción a los artículos 98, 99 y 143 del Código de Faltas. Estos refieren a la habilitación para locales bailables, a la violación a la legislación vigente y a la promoción o incitación al consumo de bebidas alcohólicas, explicaron las fuentes. La causa ahora fue a parar a manos del Primer Juzgado de Faltas.
Los funcionarios señalaron que el lugar no contaba con medidas de seguridad. Había jóvenes hasta en la terraza y la cantidad de personas excedía peligrosamente la capacidad del local, lo que representaba un peligro en caso de que se hubiese producido un incendio u otro incidente. En la Policía remarcaron que cuenta con una guardia permanente las 24 horas del día para recepcionar denuncias por fiestas clandestinas u otros eventos que no cuenten con habilitación o pongan en riesgo la seguridad de las personas.