Primero fue una reunión entre intendentes peronistas y aliados en el Frente Todos y luego se tiró líneas a los opositores. Así se llegó a un acuerdo en el que la casi totalidad de los jefes comunales decidieron entregar un adelanto salarial para sus empleados municipales de planta permanente de 2 mil pesos en dos tramos. El primero será de 1.500, a cobrar en el recibo de febrero. Y a ese monto se le sumarán otros 500 pesos en el haber de marzo, en el marco de la segunda cuota. La movida representa un verdadero esfuerzo para las comunas, ya que, si bien es a cuenta del futuro arreglo salarial, tienen que anticipar un desembolso importante. Como está destinado a haberes menores a 60 mil pesos brutos, es casi un hecho que impactará en la mayoría del personal.
De esa manera, los intendentes apostaron también a poner plata en el bolsillo de aquellos trabajadores con salarios bajos, que se ven afectados ante la inflación y la crisis nacional. En ese sentido, trataron de ir en sintonía con la provincia, que a su vez se había plegado a la Nación, dado que dispusieron un adelanto salarial, aunque de 4 mil pesos en dos tramos para sus respectivos trabajadores. La realidad económica de los municipios es distinta, debido a que, en general, cuentan con una caja de recursos más limitada y tienen un bajo nivel de generación de fondos a través del, por ejemplo, cobro de tasas. No obstante, con la ley de coparticipación municipal que puso en marcha el Gobierno local, las comunas recibieron, en promedio, un 77,4 por ciento más de fondos en la comparación entre 2018 y 2019. Por eso, los intendentes le harán frente al adelanto con dinero de sus propias arcas, sin acudir a una ayuda de la provincia.